Experiencias de estudiantes
LUCÍA, ESTUDIANTE DE DOCTORADO: «EL ESFUERZO Y LA CONSTANCIA ME PERMITIERON SEGUIR ADELANTE»
Fotografía: Universidad de Almería
Mi primer contacto con la Ingeniería Química tuvo lugar cuando aún era estudiante de bachillerato. En esos momentos de incertidumbre tan cruciales donde tienes que decidir a qué quieres dedicarte profesionalmente y no tienes ninguna herramienta clara para decidirlo con certeza, una visita a la universidad de Almería con el instituto por la semana de la ciencia me abrió los ojos: algún día quería ser la persona que explicara cómo funcionaba una columna de destilación o cómo se hacía la cerveza paso a paso a nuevos estudiantes que estuvieran igual de perdidos que yo en ese momento.
Durante los años de grado, viví miles de experiencias que no cambiaría a pesar de que no todas ellas fueron buenas. Dicen que los comienzos nunca fueron fáciles y, ¡qué razón! Recuerdo ese primer cuatrimestre en el que la inexperiencia de estar fuera de casa sumado con los primeros exámenes de asignaturas que no eran del todo fáciles hizo que me replanteara si eso era para mí.
Afortunadamente decidí continuar (total tenía beca y nada mejor que hacer durante ese año, me decía yo autoconvenciéndome). Ya conociendo a personas que me acompañarían hasta el día de hoy y con las que reír y llorar a partes iguales, continué el camino y aunque nunca fui una estudiante de sobresaliente, el esfuerzo y constancia me permitieron seguir adelante de forma decente.
En 2019 me gradué en Ingeniería Química Industrial culminando con un TFG que consistía en el diseño y construcción de un nuevo equipo para la fabricación de cerveza a pequeña escala para las prácticas de los alumnos del grado. Quién me iba a decir a mí que eso que tanto me llamó la atención ese primer día, iba a ser a lo que dedicara tantas horas de trabajo, todo desde otro punto de vista claramente y entendiendo las cosas desde dentro.
Una vez finalizado el grado y sin mucho tiempo de maniobra decidí comenzar el máster en Ingeniería Química que me permitiría seguir estudiando y profundizando en los procesos químicos y así completar mi formación en ese campo. Tenía claro que quería adentrarme en el mundo de la investigación y pronto comencé las prácticas curriculares en un laboratorio del departamento donde se buscaban nuevos materiales antibiofouling para la construcción de fotobiorreactores para el cultivo de microalgas.
Tras finalizar este periodo, me ofrecieron la oportunidad de continuar con un contrato de investigación y con la opción de realizar mis estudios de doctorado en este campo. Y así fue como compaginando laboratorio por las mañanas y clases por las tardes (con pandemia incluida) acabé el máster en Ingeniería Química. He de recalcar que durante todo este tiempo mis compañeros, que se convirtieron en amigos rápidamente hicieron mucho más llevadera toda la vorágine de cambios.
Actualmente, continúo mis estudios de doctorado, lo que me está permitiendo conocer nuevas aplicaciones de lo que he aprendido durante todos estos años, y formándome en nuevos campos,
desconocidos para mí hasta ahora, en el ámbito de la biotecnología de microalgas.
Sobre la autora:
Lucía García Abad:
Ingeniera Química por la Universidad de Almería y actual
estudiante de doctorado en el que se buscan nuevos materiales poliméricos antibiofouling que permitan construir fotobiorreactores para el cultivo de microalgas.