Nerea Nieto García, alumna de Ingeniería Química Industrial, comparte sus reflexiones en los inicios de su formación
Fotografía: aulas de la Universidad de Almería
Cuando llegas a la universidad, sobre todo a una carrera como ingeniería, no sabes lo que te vas a encontrar, escuchas muchos comentarios de todo tipo a lo largo de bachillerato que te hacen dudar. Ahora, como alumna de primer curso de Ingeniería Química, puedo decir que estoy encantada y segura de mi decisión.
Personalmente esta carrera nunca estuvo en mis planes, jamás se me habría pasado por la cabeza pensar que me llamaría la atención o que me llegaría a gustar tanto como me gusta.
Sin duda, una gran ayuda fueron los certámenes organizados por la Universidad de Almería. En cada concurso participación me enamoraba un poco más del laboratorio, me daba cuenta de cuánto me gustaba investigar, pensar en formas de realizar los experimentos y ver que era capaz de encontrar soluciones a algunos de los problemas que se presentaban. Considero que estas actividades son fundamentales para que los alumnos puedan desarrollar su amor por la ciencia y es una gran oportunidad que puede hacernos descubrir nuestra verdadera vocación.
En mi caso, el certamen de Ingeniería Química fue un punto de inflexión, lo que hizo que me decidiera por esta carrera. En un descanso entre las exposiciones de los trabajos, pusieron un vídeo explicando en qué consistía la tarea de un ingeniero químico, escuché cómo la gente decía que nadie se iba a parar siquiera a mirarlo, pero a mi me llamó la atención todo lo que un ingeniero podía hacer, en qué consistían las múltiples tareas que puede desarrollar, me sorprendió descubrir que en todos los ámbitos hay un ingeniero, pudiendo ser desde un gerente en una empresa a un investigador.
Este grado me ofrecía la combinación de todas las asignaturas que me gustaban: química, matemáticas, física… Además, cuanto más descubría acerca de la aplicación e importancia que tiene en nuestra vida diaria y del amplio abanico de posibilidades que me ofrecía, tanto profesional como académicamente, más me convencía de que era la carrera que estaba buscando.
El trabajo que realiza el departamento es fundamental, acudiendo a múltiples institutos para así mostrar su trabajo, la labor que llevan a cabo y dar a conocer las distintas investigaciones que tienen lugar en la Universidad de Almería.
Una de las ventajas de los grados en ingeniería, es que los dos primeros años son comunes, es muy interesante conocer gente con los mismos intereses que tú pero que puedan sumarte algo más, somos todos diferentes, de distintas ramas y eso hace que el ambiente en clase sea divertido y variado.
Me considero una chica curiosa, siempre tengo preguntas en la cabeza, y esta carrera es la indicada para esa gente con muchas preguntas por resolver. Todo tiene un porqué, la ingeniería química nos rodea incluso donde menos lo esperamos, estamos rodeados de ella, rodeados de ciencia en general. Cada engranaje, cada fórmula, todo tiene un sentido y esto para la gente curiosa es como un caramelo y el miedo a no ser capaces no debería alejarnos de esto.
Soy consciente de que Ingeniería Química no es el grado con mayor número de matriculados. La mayoría tienden a odiar o a temer a la química desde el principio, cosa que considero un error, es apasionante, todo funciona con química y somos una prueba viviente de ello. Esta es una de las cosas que modificaría, creo que es necesario más tiempo en el laboratorio, al fin y al cabo el contacto con las sustancias y el equipo es lo único que puede hacer que te des cuenta de si te gusta o no, si el alumnado tuviera la oportunidad de estar en contacto con la química y de estar en el laboratorio sin prisas, estoy casi segura de que muchos de ellos se inclinarían por esta rama de la ingeniería.
Las asignaturas son interesantes, es una carrera en la que te enseñan a pensar, hacen que mires las cosas desde distintas perspectivas, un problema no tiene una única solución, te enseñan a analizar detalles que hasta el momento no habías siquiera notado, y un día te encuentras pensando cómo el agua está reaccionando consigo misma mientras tú bebes o analizando cómo es el funcionamiento de un coche.
Obviamente no todo es tan sencillo. Ingeniería es una carrera que te obliga a trabajar duro, exige muchas horas de esfuerzo para no solo memorizar contenidos, sino entender los conceptos y establecer relaciones entre ellos. En ocasiones te sorprendes haciendo razonamientos que tú misma pensabas que no ibas a ser capaz y esto te deja un sabor de victoria, porque sabes que has hecho algo bien, que las horas estudiando van mereciendo la pena.
En resumen, todo lo que haces por vocación sabe mejor, y esta, como todas las demás carreras, exige que te guste lo que haces. en mi opinión ha sido un gran acierto y me gustaría que más gente se animara y se atreviera a entrar; dejar que el miedo impida que lo intentes es inaceptable. Si la curiosidad es una de tus facetas, si te interesa saber porqué y cómo ocurren las cosas, esta es tu carrera, y no importa lo que nadie diga, nuestros límites están donde nosotros decidamos colocarlos.