Objetivo: Igualdad
Fotografía: Universidad de Almería
«La reflexión es el único diamante que cortará el techo de cristal , y los ingenieros químicos queremos producirlo en esta Universidad.»
La Universidad es un ámbito educativo donde se aspira a una educación superior que dé respuesta a las necesidades de la sociedad y, a la vez, promueva cambios en la misma en un proceso de continua retroalimentación. Para lograr este objetivo la herramienta irreemplazable con la que contamos es el pensamiento. Este pensamiento podemos aplicarlo a situaciones académicas, para lo cual hemos sido entrenados dentro de cada disciplina, pero… ¿qué sucede con el pensamiento crítico aplicado a la gestión universitaria y en la investigación? ¿Quién nos entrena para aplicar allí el pensamiento crítico en temas transversales? ¿Contribuimos a que las nuevas generaciones sean cada día más conscientes de las limitaciones en el camino a una igualdad real? En este artículo intentaremos reflexionar acerca de la presencia del techo de cristal en la gestión universitaria y en la investigación, que suelen definir las posibilidades de ascenso del profesorado en su carrera universitaria… cómo podemos detectarlo y romperlo para generar definitivamente una situación de empoderamiento femenino que beneficie a toda la comunidad universitaria.
¿Qué es el techo de cristal?
El techo de cristal, como su nombre lo indica, es un tope que no podemos ver pero que impide seguir subiendo. Metafóricamente representa los condicionantes culturales, organizativos, etc… que dificultan el acceso de la mujer a puestos directivos, puestos de toma de decisión, puestos de responsabilidad.
¿Qué situaciones y creencias pueden fortalecer aún más el techo de cristal?
El estereotipo que ha relacionado tradicionalmente al hombre como directivo, y le ha eximido históricamente de responsabilidades familiares, más allá de su manutención económica ha hecho que algunos roles requieran dedicación exclusiva al trabajo dificultando la conciliación de la vida familiar y laboral. Aunque los roles familiares están actualmente evolucionando hacia la responsabilidad compartida, las consecuencias de una educación machista han dejado implantado en el cerebro femenino el sentimiento de una mayor responsabilidad de hacerse cargo de las responsabilidades familiares, de modo que muchas veces o bien la prioridad es la responsabilidad familiar o bien el sentimiento de culpa se adueña de la mujer dificultándole el acceso y el desempeño en dichos puestos. Por lo tanto, un puesto de trabajo de responsabilidad que no intente fortalecer el techo de cristal debe permitir la conciliación de la vida familiar y laboral
Otra situación que fortalece los techos de cristal puede estar encubierta en la forma de designarse los puestos de responsabilidad. Cuando la designación se hace no por méritos e inquietudes sino por elección (a dedo), cobran mucha importancia las redes sociales que los hombres han desarrollado, desde el inicio de los tiempos, dentro de las organizaciones, pues una parte importante de los acuerdos se toma fuera de los horarios de trabajo. De esta forma, o bien se dificulta el acceso de las mujeres a dichos puestos porque el hombre elige a otro hombre, o bien al ser el hombre quien elige, elegirá siempre a una mujer de su confianza… y ¿qué significa que un hombre elija a una mujer de su confianza? En algunos casos elegirá a aquellas mujeres sobre las cuales pueda ejercer algún tipo de control o de dominio, de modo que el peligro es que, aunque gracias a criterios de paridad parezca que se ha roto el techo de cristal, en realidad no podrán observarse los beneficios de la incorporación de la mujer en dichos puestos, pues podrá tratarse de mujeres que no pretendan modificar criterios masculinos preestablecidos.
Si la elección no es a dedo, por su parte, igualmente lo cultural puede influir, ya que la educación centrada en la figura masculina ha tenido una gran influencia en hacernos creer que siempre un hombre va a ser más ejecutivo, más decidido y más valiente, y es probable que nos inclinemos a votar más a una figura masculina que a su competidora femenina.
¿Estamos en el camino correcto?
Sí, lo estamos. Ha sido necesario incluir reglas que premien la presencia femenina en puestos de responsabilidad para que se les abriera la puerta a estar presentes, pero ahora es necesario realizar un esfuerzo adicional personal de reflexión ante cada situación para que cuando tomemos decisiones hombres y mujeres lo hagamos siendo conscientes de todo lo que nos influyen nuestros preconceptos adquiridos.
¿Cómo contribuir a que las nuevas generaciones terminen de quebrar el techo de cristal? ¿Cómo producir diamantes en nuestra Universidad?
Nos encargaremos de fomentar la producción de diamantes. Así como el profesorado tiene tareas de gestión y de investigación, el estudiantado de la Universidad de Almería puede verse involucrado en situaciones donde el techo de cristal tiene importancia. Por un lado, participa en el proceso de toma de decisiones y debe ser consciente de las limitaciones que tejen el techo de cristal para las mujeres universitarias. Tanto al momento de participar en los procesos de toma de decisiones como al formar parte de organizaciones deberían de ser impulsados a valorar los condicionantes, y para ello es importante explicitarlos, hablar de ellos hasta hacernos conscientes de su existencia. Por otro lado, el estudiantado debe estar preparado para analizar la presencia de condicionantes que en el futuro puedan ser precursores de la formación de techos de cristal en las organizaciones en las que trabaja, y en este sentido, será un trabajo conjunto entre profesorado y estudiantes tallar los diamantes, explicitando los condicionantes para construir entre todos un futuro más justo y equitativo.