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Derivas programáticas en el centro tradicional de Bogotá

Lucas Ariza Parrado 16 septiembre, 2014
Cartografía de portada, «Donde todo converge», de Juan David Rodríguez y Laura Giselle Ortegate. El espacio público del centro histórico es mirado desde una nueva perspectiva donde se evidencia la centralización de actividades, flujos, tipologías y diversidad de tiempos y culturas en un mismo punto: La Plaza de Bolívar.
Los documentos gráficos que acompañan este texto se enmarcan dentro de un ejercicio que busca generar, de un trozo de la ciudad, una lectura ligada a la experiencia directa de recorrerla.

Entre tantos análisis abstractos y útiles, cifrados y encriptados, que son fruto de leer, investigar, comparar, buscar, teclear…, y que pueden hacerse desde cualquier rincón que tenga conexión con el resto del mundo, se pretende llegar a otro análisis en el que entren en juego las sensaciones, lo fenomenológico, el aparecerse de las cosas. Un análisis que implique y ponga en acción al cuerpo en el espacio-tiempo que se está analizando. Un análisis experimental.

Para eso se sale a la calle con una estrategia un tanto paranoica, absurda o loca, si se quiere ver así, que permita moverse por la ciudad de manera poco convencional, con los sentidos abiertos, despiertos, dispuestos al asombro que entrar en contacto con la realidad provoca. O al menos, así se cree debiera ser.

Animacion-G03-Cartografia-libreto-capas-separadas-1 16092014Conozco las calles por sus nombres (?), cartografía de Laura Vanegas y Natalia Melo. Con el fin de recolectar los vestigios que se conservan del período fundacional de Bogotá en la Candelaria, se recorre el lugar con la intención de indagar acerca del origen de los nombres de las calles acudiendo a la memoria de la población.

Una vez en casa, con la experiencia del paseo asumida, formando parte de lo que uno es, se revisa y se analiza racionalmente eso que quedó impregnado en quien recorrió. A esa paranoia se la mira ahora con ojos críticos y razonables, tratando de ser estrictos, extrayendo aprendizajes certeros y válidos.

Fruto de esta experiencia y de este análisis surgen dos productos: una cartografía y una filmo-deriva. Ambos documentos son programáticos, esto es, existe un tema a revisar con el que se salió a recorrer la ciudad: movilidad, actividad, historia, espacio público o estructura ecológica principal, que luego se analizó y ahora se comunica o se representa de alguna manera. La cartografía trata de registrar los contenidos racionales extraídos de la revisión seria de la deriva. De esa manera, aparecen variables más estáticas que se cruzan y aportan profundidad al tema tratado y que se muestran con una o varias imágenes superpuestas. La filmo-deriva, por el contrario, pretende abordar lo que los sentidos captaron y es difícil poner sobre el papel: sonidos, movimientos, testimonios, gestos, esa experiencia más caótica que es propia de recorrer sin un destino, más que por el puro placer de caminar y descubrir.

EEP-Analisis 16092014

Cartografía «Escoge una hoja», de Luisa Fernanda Val y Carlos Felipe Benavides. La EEP se concentra en dos de los cuatro bordes: los Cerros Orientales y el Eje Ambiental. Como consecuencia, el centro contenido funciona como un espacio independiente y aislado de la EEP.

La suma de estos dos objetos resultantes, cartografía y filmo-deriva, más la vivencia del recorrido, permite construir una lectura experimental y subjetiva del lugar, en la que se busca ahondar en los aspectos cualitativos del sitio, que a veces pasan desapercibidos en otros análisis, también necesarios, que se realizan atendiendo a variables primordialmente cuantitativas. La sensación primando sobre el dato. La experiencia sobre el número. Lo dinámico frente a lo estático. El cuerpo y lo artesano frente a la maquina y lo virtual.

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About The Author

Lucas Ariza Parrado

Arquitecto, desarrollando estudios en la Maestría de Arquitectura de la Universidad de Los Andes en Bogotá (El temple de la arquitectura. Un acercamiento al tiempo en las artes. El flamenco, testigo vivo) y siendo asistente de proyectos del Departamento de Arquitectura de la misma Universidad. En el 2008 empieza su romance latinoamericano, que hasta el momento dura, con continuos cantes de ida y vuelta, que van armándole un panorama rico, complejo y contradictorio también.

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