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“Aprender a correr en tacones”: producción de espacio urbano de las minorías diversas en San José, Costa Rica

Luis Alonso Rojas Herra 3 diciembre, 2018

Cuando se habla de espacio público en términos de acceso se hace referencia al goce y disfrute equitativo para todos los ciudadanos de los bienes y servicios públicos dentro de la cuidad (Rojas, 2016). San José, capital de Costa Rica, como otras ciudades importantes de la región, es el resultado de las prácticas intencionadas por parte del Estado para la distribución no equitativa de esos bienes y servicios (Quesada, 2011), cuyos resultados se materializan en la segregación social y espacial implícitos en los procesos de organización territorial.

Existen espacios generalizados que institucionalizan la segregación espacial y refuerzan el poder y privilegio de los grupos dominantes. La segregación está fuertemente ligada a los espacios en los que se transmite el conocimiento, tanto técnico como simbólico (Alvarenga, 2009). La segregación de los espacios públicos es el resultado de la aplicación de mecanismos de control y distribución del mismo, por parte de estos grupos dominantes.

En el mapa se traza una línea denominada como franja de marginalidad urbana. Con la que se pretende demarcar cuáles son las porciones del territorio históricamente más estigmatizado, desde el imaginario urbano, en la ciudad de San José (Wacquant, 2007).

Existe un vínculo imaginario entre los espacios de actividades recreativas nocturnas para adultos, y las minorías sexualmente diversas. La vinculación estereotipada con esas actividades y el hecho de que muchas de ellas sean empujadas a la ilegalidad se traduce en un empobrecimiento de las relaciones sociales y la automarginación de este grupo minoritario.

Si bien estos espacios de entretenimiento son con frecuencia resignificados y se convierten en los espacios de fuga, de socialización y de convergencia para algunas personas de esas minorías sexualmente diversas, el desarrollo de políticas estatales de seguridad, control y vigilancia, que regulan el acceso a estos espacios, hace que estos sean desplazados a las zonas marginales de la cuidad, lo que contribuye a la construcción de un imaginario social de la homosexualidad como actividad criminal (Jiménez, 2015).

En los relatos de las personas que participaron en la construcción de las tortigrafías playoticas encontramos una serie de restricciones de acceso al espacio público que enfrenta esa ciudadanía minoritaria y diversa. Entre las más comunes están:

  • Percepción de los cuerpos como fuera de lugar. Esto tiene relación con la subjetividad de la persona que lleva el relato, y su capacidad de desarrollar vínculos afectivos con los espacios. En muchos de los relatos se evidencia cómo esos cuerpos no legitimados por la heteronorma no sentían pertenencia a ciertos lugares públicos como los parques, las plazas y los bulevares.
  • No acogida en el espacio público. Esto se refiere a las desigualdades que prevalecen en el goce y disfrute del espacio público, puesto que existe un evidente uso privilegiado por parte de las poblaciones normadas, mientras que los cuerpos no normados no tienen acceso a los mismos. Esto resulta particularmente evidente en las restricciones que existen para las muestras de afecto entre personas del mismo sexo en espacios públicos.
  • La censura social a la que se exponen al acceder al espacio público. Para poder acceder a ciertos espacios públicos de privilegio, muchas de estas personas tenían que comportarse y verse de acuerdo con lo que dicta la norma dominante. Al acceder a estos espacios desde una corporeidad diferente a la normada, eran sujetos de censura.
  • Abuso del poder de los civiles y autoridades. Muchos de los relatos están vinculados a las diversas formas de violencia que la fuerza pública y civiles llevan a cabo para corregir o silenciar la visibilidad o el comportamiento de las personas lesbianas y homosexuales en espacios públicos. Estas prácticas están vinculadas con, y naturalizadas por, la creencia de ciertos civiles y representantes de la fuerza pública de que los cuerpos no normados son un problema, y que este problema es de interés público, y, por lo tanto, se puede agredir o corregir públicamente a esos cuerpos.

En la escala de valores del espacio público, ¿en qué lugar está situada la presencia de las minorías diversas? (Miralles, 2011). Una de las intenciones de este apartado es reflexionar sobre las diferentes manifestaciones de poder, ejercidas por el Estado, que influyen en el acceso, el uso y valor de los espacios públicos urbanos para esas minorías diversas.

Tortigrafía playotica nº1. Los recuerdos son memoria, la memoria es poder (Alvarenga, 2009). (Pinchar sobre la imagen sucesivas veces hasta que aparezca en tamaño completo.)

Esta primera cartografía pretende precisamente responder a esa pregunta. A partir de los relatos se generó una primera lista de espacios a los que tenían acceso estas minorías. Entendemos el acceso como el desarrollo de un vínculo afectivo entre la persona que relata y el espacio que menciona, ya sea por una buena o mala experiencia en ese lugar. Una característica relevante para este apartado es que estos espacios son donde las personas diversas construyen vínculos afectivos de gran valor significativo, pero que, además, lo propios espacios permiten la re-significación en diversas temporalidades según el uso y el valor que se les dé.

Los espacios de socialización, para una parte de la comunidad LGBTI, están vinculados con los espacios de entretenimiento nocturnos. Estos últimos se convirtieron en espacios con múltiples significados para las personas que llegaban a ellos, ya que servían como espacios de resistencia, de desahogo y de socialización, entre otros usos. Estos espacios cumplen una función primordial en los procesos de reproducción social, puesto que facilitan la construcción de vínculos y el intercambio de experiencias.

Para efectos de sistematizar la información en la cartografía, se generaron cuatro categorías, las cuales se pueden leer al lado izquierdo del mapa. Son 123 los espacios cartografiados, y se corresponden a diversos ámbitos del espacio público, de la siguiente forma:

  • Bares y club nocturnos (001 al 077).
  • Espacios de entretenimiento para adultos: lupanares, saunas, cines y videos (078 al 101). Espacios comerciales que toleran muestras de afecto entre personas del mismo sexo, como hoteles, restaurantes, tiendas, etc. (102 al 112).
  • Espacios públicos utilizados para encuentros homo-eróticos, como el parque Nacional y el parque Metropolitano La Sabana. (113 al 123).

En la lista, al lado izquierdo del mapa se encuentra el nombre de cada espacio de acceso. Todos están enumerados de manera consecutiva, a excepción de los bares que se mantienen vigentes o que, de alguna forma, brindaron sus servicios en diferentes temporalidades. Para estos se utilizó un distintivo que corresponde a la primera letra del nombre del bar, por ejemplo, el bar La Torre está designado por la letra “T”.

En el mapa se puede visibilizar cómo los espacios recreativos nocturnos para adultos, con los que se suele asociar a las minorías sexualmente diversas, se encuentran en su mayoría dentro de esa franja de marginalidad urbana trazada previamente. Esto refuerza el imaginario que relaciona las dinámicas sociales de estas personas con los espacios marginalizados.

De esta manera, podemos fundamentar el planteamiento inicial de que esta población se encuentra segregada a nivel social y espacial por políticas urbanas de exclusión (Wacquant, 2007). Sus dinámicas no responden únicamente a una auto-segregación voluntaria.

Esta cartografía también puso de relieve algunos de los imaginarios urbanos vinculados a otras dinámicas sociales similares a las de las cuatro categorías de espacios de acceso, pero desde otras poblaciones legitimadas e ilegitimadas que interactúan de manera permanente alrededor del mismo territorio. Entre esas poblaciones tenemos, por ejemplo, indigentes, personas con estatus migratorio irregular. […]


El texto original fue publicado en Rojas Herra, Luis Alonso (2018). “Aprender a correr en tacones”: producción de espacio urbano de las minorías diversas en San José, Costa Rica. URBS. Revista de Estudios Urbanos y Ciencias Sociales, 8(2), 39-61.


Alvarenga Venutolo, Patricia (2009). De vecinos a ciudadanos. San José: UCR.

Jiménez Bolaños, José Daniel (2015). La criminalización de la diversidad sexual y el inicio del activismo gay en Costa Rica, 1985-1989. Rupturas, 6(1), 61-90.

Miralles, Pepe (2011). Geografías del morbo. Materiales en uso. http://geografiasdelmorbo.com/materiales-de-uso/

Quesada Avendaño, Florencia (2011). La Modernización entre cafetales San José, Costa Rica, 1880-1930. San José, Costa Rica: UCR.

Wacquant, Loïc (2007). Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado. Buenos Aires: Siglo XXI.

Miley Garza hause of weisas. (Imagen del autor)

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About The Author

Luis Alonso Rojas Herra

Profesional independiente en consultoría de diseño arquitectónico e investigación del paisaje social en LARH, donde ha publicado varios artículos sobre teoría queer y urbanismo. Investigador del Centro de Investigación Cultura y Desarrollo (CICDE) de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), de Costa Rica. Licenciado en Arquitectura de Universidad Veritas, cursa actualmente el posgrado en Paisajismo y Diseño de Sitio de la Universidad de Costa Rica (UCR). Reside en San José, Costa Rica.

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