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URBS 7(1) números después

equipoeditorialURBS 5 mayo, 2017

Cuando decidimos crear URBS, estábamos cansados de que las revistas oficiales del sistema rechazaran nuestros artículos, aunque los colegas ya nos pedían actuar como revisores de sus revistas, así que, paradójicamente, éramos buenos para juzgar el trabajo de los demás, pero nuestro criterio parecía inadecuado para decidir sobre nuestro propio trabajo. Nuestro horizonte de reflexión era la ciudad postmetropolitana, la estética futurista del ciborg, la desazón de la miseria urbana, los múltiples espacios insulsos en los que, sin embargo, hacíamos nuestra vida. Queríamos renovar el discurso teórico y las prácticas de investigación de nuestra disciplina de origen, sin saber bien dónde nos adentrábamos, arriesgándonos a decir cosas, a escribir y defender conceptos y argumentos algo alambicados, en los que nosotros creíamos ver la ciudad del mañana, pero en los que nuestros colegas no veían nada, o no querían ver nada. Uno de nuestros mayores lo dijo con certeza amable: sobrábamos. Nosotros éramos los equivocados. De marco, de método, de objetivos, de estrategia. Creo que a ambos nos horrorizaba emplear nuestro tiempo académico en la estrategia. Siempre creímos más en disfrutar de las ideas.

Cuando entonces definimos la política editorial de URBS nos animaba una sola idea: publicar lo que todos los demás rechazaban, ser el lugar de acogida de los marginales de la intelectualidad sistémica, ofrecer un espacio para que los muchos, o los pocos, que sabíamos que se estaban aventurando en el pensamiento posturbano tuvieran un lugar donde enviar sus textos. Nuestra revista siempre fue para ellos, es decir, contra los otros.

Es conceptualmente pobre establecer el debate en términos de una batalla entre dos bandos. Todo es más sutil y más complejo. Sin embargo, aprendimos en la microfísica institucional que el poder es inherente al sistema, y que hay pocas opciones: el partidismo, la connivencia o la huida. Quizá la huida sea también connivente, aún lo discutimos entre nosotros. En cualquier caso, nuestra suerte estaba echada, tocaba remar a contracorriente.

Ocho largos años después, tras muchas tentaciones de tirar la toalla, cierto cansancio y algunas satisfacciones, apoyados por un grupo de voluntariosos colegas que han ido yendo y viniendo, con cuyos nombres hemos unido los nuestros en esta larga travesía a cielo descubierto, seguimos remando. Vivir es un proceso, pero el resultado nos justifica. URBS sigue llenándose de voces que tienen mucho que decir, no siempre sencillo, sigue siendo un lugar de acogida, al margen, en los huecos del sistema, fuera de la estúpida estrategia del impacto, ajeno a las luchas del poder y los dineros. Seguimos trabajando, hemos remodelado la presentación de nuestros textos, estamos mejorando nuestra visibilidad en las indexaciones (out of JCR, por supuesto), y nos complace seguir manteniendo relación directa con todas y cada una de las personas que publican con nosotros. Nuestro éxito es haber contribuido a que la red de la marginalidad crítica y posturbana se haya mantenido orgullosamente. Al menos, nosotros estamos orgullosos.

Esta semana henos publicado nuestro número URBS 7(1). Ocho largos años después, nuestras páginas vuelven a estar llenas de sensibilidad crítica y delirio post. Todo queda ahora en manos del lector, de las lectoras. Sin pretensiones especiales, que nuestras páginas les animen a continuar el pensamiento libre sobre la ciudad también servirá para justificarnos.

Os damos nuestra más cordial bienvenida. Gracias por estar con nosotros una vez más.


La imagen de portada es Siesta by Jordlet vía Flickr

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El equipo editorial URBS está formado por diversos investigadores y profesionales interesados en la amplia temática de los estudios urbanos desde la óptica de las ciencias sociales. Son los responsables de la iniciativa editorial URBS, incluyendo la revista y el blog del mismo nombre.

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