Mediante el Real Decreto 1067/2015, de 27 de noviembre, se creaba la Agencia Estatal de Investigación, «con el objetivo de dotar al sistema español de Ciencia, Tecnología e Innovación de una gestión más flexible, ágil y autónoma». La creación de la misma respondía a una demanda de la comunidad científica, que ya se había plasmado como objetivo en la Ley de la Ciencia.

En el proceso de puesta en marcha de la Agencia, ya se ha constituído su Consejo Rector, «encargado de aprobar la planificación de la Agencia y los procedimientos, criterios e indicadores para el cumplimiento de sus fines».

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