Yniza es una antigua alquería musulmana perteneciente a la taha Andarax, en La Alpujarra almeriense. Tras la expulsión de los moriscos (1571), Felipe II adscribió su castillo, tierras y casas al término municipal de Bayárcal. Fue repoblada en 1575 con cristianos viejos y se convirtió en un núcleo de población. Con el tiempo gran parte de las tierras de este lugar, junto con el limítrofe despoblado de Guarros (término municipal de Paterna del Río) fueron adquiridas poco a poco por los descendientes Cristóbal Rodríguez-Chacón, natural de Esparragosa de la Serena y vecino de Campanario, repoblador en Presidio de Andarax (actual Fuente Victoria). Especialmente relevante en propiedades fue su nieto, el hidalgo Francisco Rodríguez-Chacón y Arévalo (Presidio de Andarax, 1630-Paterna del Río, ¿?), quien consolidó esta gran propiedad y erigió para recreo una casa-palacio en Guarros, además de levantar entre 1662-1667 la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
Nieto del anterior fue Francisco Jerónimo Rodríguez-Chacón y González (Paterna del Río, 1687-Berja, 1746), regidor perpetuo de Paterna del Río -del que era preeminente- y Ugíjar, alcalde noble de Presidio de Andarax y capitán de las milicias alpujarreñas de Adra y Ugíjar. Había casado con Ana Moya Alcázar (Ugíjar, ¿?-Berja,1754), también de familia hidalga alpujarreña y cuñada de Antonio Perea y Porras, Arzobispo de Granada. El matrimonio el 10 de abril de 1725 fundó un mayorazgo con sus tierras de Yniza y Guarros, así como otros bienes distribuidos por diferentes poblaciones de la taha de Andarax. El matrimonio fue también patrono de una de las capillas del convento de San Pascual Bailón, en Laujar de Andarax, y levantaron en Berja su palacio de residencia, poseyendo en esta última localidad importantes bienes, entre ellos el cortijo del Belliscar.
En este proceso de ascenso se inscribe la compra el 6 de octubre de 1728 de un título nobiliario adscrito al convento de San Isidoro de León por 22.000 ducados. Con los vizcondados previos de Guarros y Bellíscar, dos de sus fincas más importantes, se expediría en Cazalla el 30 de junio de 1730 el título de marqués de Yniza.
No quedaría en el título de Castilla el ascenso de este personaje históricos, sino que en septiembre de 1730 compró el grado de teniente coronel del regimiento de la Costa del Reino de Granada y en febrero de 1735 capituló con el rey la compra del grado de coronel del regimiento de caballería de la costa, así como tres hábitos de Santiago para sus tres hijos. Los galones de coronel los recibió el 2 de mayo de aquel año de 1735, cerrándose aquel año con la obtención por compra de la regiduría perpetua de Presidio de Andarax. Unos años después, ante la ausencia del corregidor del Almería, el 6 de abril de 1739 asumía interinamente el cargo de gobernador de armas hasta el 29 de noviembre.
El 2 de febrero de 1740, ante la muerte repentina del corregidor de Almería, debió asumir interinamente el cargo hasta el 10 de diciembre. Aquel año, dado que murió su primogénito, también se cruzó como caballero santiaguista junto a otros dos hijos. Entre las tareas desempeñadas durante su gobierno en Almería estuvo las obras de reforma del castillo de Santa Ana, de Roquetas de Mar, y la mejora de El Cañarete, camino que comunicaba a Almería con las poblaciones de La Alpujarra de la costa occidental almeriense.
En 1745 falleció y la l marquesa viuda casó en segundas nupcias en 1749 en Berja con el regidor perpetuo Bernardo Valdivia y Toro, provocando una disputa familiar entre madre e hijos que comenzó el 15 de abril con su divorcio y prolongaría la partición de bienes del marqués hasta el 16 de noviembre de 1751, toda vez que continuarían las desavenencias hasta la muerte de la marquesa, acaecida el 24 de noviembre de 1754.
Los I marqueses de Yniza desplegaron para sus hijos una política matrimonial que permitiría ampliar su red social en la zona, especialmente vinculada con el ejército: Su primogénito, Fabián Bernardo Rodríguez-Chacón, coronel de caballería, fue comprometido el 30 de octubre de 1729 con Manuela Zabala y Zabala, hija de un caballero de Santiago de Adra y capitán de caballería; Teresa Rodríguez-Chacón casó en 1738 con el capitán Diego Felipe Enríquez de Luna, gobernador militar del partido de Adra; Francisco Jerónimo Rodríguez-Chacón, caballero de Santiago también militar y a quien se le fundó un mayorazgo propio, casó -en un enlace doble con su hermano mayor- Teresa Zabala y Zabala, constituyendo una rama familiar vigorosa (condes de Chacón). La muerte del primogénito en 1735 supuso que fuese el segundogénito.
Pedro Antonio Rodríguez-Chacón y Moya (Paterna del Río, 1720-Berja, 1772) fue, desde 1740, caballero de Santiago y Teniente Coronel de caballería. La muerte de su hermano mayor le llevaría, al fallecimiento de su padre en 1745, a ser el II marqués de Yniza. Casó en Granada en 1746 con Ana Monsalve Pabón Fuentes Verdugo (Málaga, 1730-Berja, 1798), nieta del I marqués de Casa Pabón e hija del comendador de Espera, Veedor y Proveedor de los Reales Presidios Menores del Norte de África. El enlace emparentó al marqués con la nobleza titulada jerezana (marqueses de Campo Nuevo, marqueses de Nevares, marqueses de Villapanés, marqueses de Casa Pabón y condes de San Remí). Aquel mismo año, el 27 de mayo de 1746, se nombraba al II marqués de Yniza gobernador militar de Almería, empleo que ocuparía durante tres meses.
El 6 de agosto de 1754, siendo teniente coronel, se le confirió el regimiento de caballería de la Costa del Reino de Granada y el 6 de enero de 1761 fue promovido a brigadier de caballerías, ascendiendo el 3 de abril de 1770 a mariscal de campo. Su temprana muerte conllevó un cúmulo de desavenencias entre su viuda, la longeva Ana Monsalve, y sus hijos. Fue el inicio del declive de este linaje, que se aceleró por la falta de descendencia entre sus miembros y que generó una herencia en horizontal que generó nuevos pleitos entre sus descendientes. El primogénito, Joaquín Antonio Rodríguez-Chacón y Monsalve (Berja, 1748-Puerto de Santa María, 1784), III marqués de Yniza, casó en Granada en 1781 con Josefa Oliver Cuesta, miembro de la nobleza de Berja, en contra de la voluntad materna y conllevó un pleito entre madre e hijo, que se acrecentó en 1784 con la muerte prematura del marqués y el pleito que comenzaron en 1786 las dos marquesas viudas (suegra y nuera). Pedro Antonio Rodríguez-Chacón y Monsalve (Berja, 1749-1786), IV marqués de Yniza y coronel de caballería, tuvo una vida disoluta en Berja y no se hablaba con su madre por la herencia familiar. Murió prematuramente, lo que inició nuevos pleitos entre sus herederos.
Tras la muerte sin sucesión del III y IV marqués, el título nobiliario entró en una compleja sucesión a través de las hermanas de los anteriores, no exenta de nuevas disputas familiares por la falta de entendimiento con su madre -la II marqués viuda de Yniza- y por las diferencias entre unas hermanas y otras. Francisca Rodríguez-Chacón y Monsalve (Paterna del río, 1732-Baza, 1804), V marquesa de Yniza, casó en 1769 en Baza con Joaquín de Luna y Zapata, señor de Almodóvar del Pinar y en 1782 entró en pleito con su madre quien no aceptaba entregarle el mayorazgo familiar, que no le fue traspasado hasta 1792 en una condiciones económicas pésimas. El matrimonio inició una labor de recuperación de rentas, especialmente a partir de 1798 -fecha del fallecimiento de la II marquesa viuda-, pero que se truncaron por la repentina muerte de la V marquesa. Heredó entonces su única hija, Joaquina de Luna y Rodríguez-Chacón (Baza, 1770-Granada, 1814), VI marquesa de Yniza, casada en 1791 con Jacinto Camacho-Madueño y Orozco, I conde de Robledo de Cardeña y vecinos de Montoro. El nuevo matrimonio ralentizó la política de saneamiento del mayorazgo, pero que se frenó definitivamente por el estallido de la guerra de los franceses. La muerte repentina y sin hijos de la joven marquesa inició un nuevo periodo de pleitos familiares, primero con el marqués-viudo y sus tías políticas y más tarde entre éstas y sus descendientes igualmente enfrascados en disputas por la compleja herencia en horizontal que siguió.
Heredó a su sobrina Ana María Rodríguez-Chacón y Monsalve (Berja, ¿?-Granada, 1821), VII marquesa de Yniza, casada desde 1767 con su primo hermano, el coronel Gonzalo Enríquez y Rodríguez-Chacón. Fallecida sin hijos, recayó el título y el mayorazgo en Bárbara Rodríguez-Chacón y Monsalve (Berja, ¿?-Málaga, 1835), VIII marquesa de Yniza, monja en el convento de San Fernando, de Málaga. Las leyes liberales de desvinculación conllevaron a un duro pleito por el mayorazgo entre el heredero de la VII marquesa, el brigadier Torcuato Trujillo Rodríguez-Chacón, y la nueva marquesa, disputa que continuó en los sucesores de la VIII marquesa que, dado su celibato, generó nuevas discusiones entre sus sobrinos.
En 1835 la muerte de sor Bárbara Rodríguez-Chacón abrió una compleja sucesión, pues para estas fechas no quedaba ninguna hermana viva; de manera que fueron sus sobrinos-nietos quienes entablaron pleito por el mayorazgo. El título correspondía a la descendencia de Josefa Rodríguez-Chacón y Monsalve (Berja, 1743-Fiñana, 1818) habida del enlace que hizo en Almería en 1773 con el capitán de caballería Pedro Antonio Balbuena y Salido (Fiñana, 1751-Almería, 1783), regidor perpetuo de Fiñana que le dio un hijo. Viuda y vecina de Fiñana al cuidado de su hijo único, casó en segundas nupcias con su primo el capitán Antonio Francisco Vázquez-Capilla y Rodríguez-Chacón, regidor de Almería que no le daría hijos. Todo el anhelo del linaje se centró en este vástago, el alférez de caballería Pedro Antonio Balbuena y Rodríguez-Chacón (Fiñana, 1774-1802), a quien dirigió su enlace para estrechar lazos familires con su linaje alpujarreño, al casarlo en 1800 en Adra con su sobrina Mª del Carmen Rodríguez-Chacón y del Campo, miembro de la rama de los condes de Chacón. El joven matrimonio de Balbuena pasó a residir en el palacio marquesal de Berja, donde nacería su único hijo, pues el cabeza de familia murió muy joven. El tierno huérfano su joven madre les llevaría a marchar a Adra, junto a la familia materna, abriendo un nuevo pleito entre suegra y viuda por la custodia del pequeño heredero. Finalmente ganó Josefa Rodríguez; de modo que el niño terminó residiendo en Fiñana, donde se educó al lado de su abuela paterna.
Pedro Antonio Balbuena y Rodríguez-Chacón (Berja, 1801-Laujar de Andarax, 1855) era ilustrado, miembro de la Sociedad de Amigos del País de Granada y, después de muchas disputas familiares, en 1835 recibiría el título nobiliario, convirtiéndose en el IX marqués de Yniza, por muerte de su tía-abuela sor Bárbara Rodríguez-Chacón. Por entonces las leyes desvinculadoras le obligaron a fraccionar el mayorazgo familiar con su primo Torcuato Trujillo Rodríguez-Chacón, ascendiendo su parte de bienes, pese a una precaria trayectoria económica de casi un siglo, a un valor de más de 1 millón de reales. Había casado en Berja en 1823 con Consolación Gutiérrez Murillo (Berja, 1807-1825), miembro de la oligarquía de aquella villa, de quien tuvo en 1825 una hija que murió a los pocos días de nacer y le costó la vida unos meses después a su esposa. Volvería casar en 1827 en Laujar de Andarax con su parienta Josefa Moya Perosa (Huécija, 1810-Berja, 1879), quien le dio cinco hijos. En 1853 heredó su tía la marquesa de Campo Nuevo un grueso de bienes en Málaga, muriendo dos años después.
Autor: Valeriano Sánchez Ramos
Bibliografía
SAGRADO DOMENECH, José del, “Dos alpujarreños en el gobierno de Almería del siglo XVIII: los marqueses de Yniza”, Farua, 17, 2014, pp. 127-136.
SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Una familia de Fiñana desconocida: los Balbuena Rodríguez-Chacón”, Revista Nacimiento, 0, 2008, pp.27-64.
SÁNCHEZ RAMOS, Valeriano, “Un ascenso social vertiginoso en La Alpujarra. De repobladores a título de Castilla: los marqueses de Yniza (siglos XVI-XX)”, Farua, 12, 2009, pp. 277-344.