Novelista andaluza nacida en Jaén, en fecha que por el momento se desconoce, en el seno de una familia de nobleza media. Sus padres, Álvaro de Carvajal y María de Piédrola, eran descendientes de las casas ducales de San Carlos y de Rivas. Pronto sus progenitores se trasladarán a Granada donde Mariana creció y contrajo matrimonio, en 1635, con Baltasar Velázquez, Alcalde de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Granada. El matrimonio tuvo una nutrida descendencia, viviendo en Madrid y Valladolid. Cuando Mariana enviudó, en 1656, quedó como tutora y responsable de una familia numerosa –nueve hijos, tres varones y seis mujeres- y, al parecer, en una situación económica precaria según petición que cursa ante el rey para el pago de una pensión de 200 ducados que le correspondía. Sabemos que trasladará de nuevo su residencia a la ciudad de Granada, donde vivirán algunos de sus hijos y una de sus hijas monja en el convento de las agustinas recoletas. En esta ciudad fallece hacia 1664, desconociéndose también la fecha precisa.
Fue autora de una serie de novelas que pueden enmarcarse dentro del género de novela cortesana –hoy se prefiere la denominación de novela corta-. Relatos de ficción breves de tema sentimental y costumbrista que, en el caso de Mariana de Carvajal, proporcionan escenas muy precisas y coloristas sobre las costumbres sociales de la nobleza media urbana: reuniones sociales, pautas sociales de cortesía, divertimentos y relaciones amorosas, de amistad y de vecindad. Su relato es más costumbrista y descriptivo que crítico y militante –como es el caso de la otra novelista del XVII, María de Zayas-. En las novelas de Mariana de Carvajal, aunque el protagonismo corresponde, asimismo, a las mujeres, auténticas directoras de escena de las reuniones sociales que organizan y presiden y en las que el encuentro de parejas de jóvenes fragua amores y matrimonios, no existe discurso combativo frente al modelo de amor patriarcal ni sobre el posicionamiento de los hombres en las relaciones de pareja. Las reuniones festivas y los rituales de cortejo adquieren tintes muy coloristas y de gran interés en su novela Navidades en Madrid, dentro de su colección Navidades en Madrid y noches entretenidas en ocho novelas, aparecidas en 1663, donde la dama que recibe y organiza el festejo, una mujer viuda y decidida, parece ser el espejo de una Mariana de Carvajal cuya vida pudo trascurrir en espacios muy semejantes. En otra de las novelas de la colección, La industria vence desdenes, en cambio, el tema de los problemas económicos en el seno de la familia resulta más relevante, quedando también representadas las nuevas clases ascendentes dentro del marco urbano (sectores profesionales y burgueses) mientras en El amante venturoso puede observarse en funcionamiento al modelo patriarcal de familia. Mariana de Carvajal también escribió poesía según las pautas de moda en la época. De ello es buen testimonio el corpus lírico, fundamentalmente fábulas y romances de carácter burlesco, que sus novelas recogen, y posiblemente fuera este género en el que iniciara su actividad literaria y el que le permitiría su actividad dentro de las academias, aunque sobre ella hasta el momento los datos son inciertos. Mariana de Carvajal no sólo escribió novelas y poesías, ella misma nos da noticia de su actividad como escritora de comedias – concretamente escribió 12 comedias- que no han llegado hasta nosotros. La valoración que la crítica ha realizado de su obra, salvo excepciones, no ha sido en general positiva, ignorándola o calificándola como inferior en calidad a la de María de Zayas. Recientemente, sin embargo, más allá del consabido carácter costumbrista de sus relatos y de su condición de novelista en un periodo en el que la novela corta había entrado en decadencia, se destaca, en cambio, el valor sociológico de las mismas como el resultado de un enfoque que se prioriza en la propia narración y el hecho de ser una de las pocas mujeres que escriben novelas en el siglo XVII para un público que demanda literatura de consumo.
Aunque algunos estudiosos han querido ver en algunos destalles de sus novelas un trasunto de la propia Mariana de Carvajal y sus preocupaciones, lo cierto es que se sabe muy poco sobre su pensamiento, formación intelectual y consideraciones propias sobre su quehacer literario. ¿Consideraba al mismo como mero pasamiento o existió en ella voluntad de autoría y de ejercer la profesión de novelista? No cabe duda que la novela y la ficción sentimental fueron géneros de consumo entre las mujeres, que gozaban de un auge destacado cuando vivió Mariana y que esta contaba con un precedente famoso en la novelista María de Zayas. Todo ello nos lleva a pensar que nuestra autora sabía de antemano que sus escritos tendrían público femenino, y, en ese sentido, hay una voluntad de llegar a ese público. También se apunta su participación, como otras escritoras de su tiempo –María de Zayas o Ana Caro- en los espacios de comunicación intelectual propios del momento. Por ello, y aunque poco pueda decirse sobre su formación y vocación por la escritura, sí podemos deducir una clara conciencia de creación y de voluntad de intervenir en la vida pública a través de sus escritos.
Autora: María José de la Pascua Sánchez
Bibliografía
LÓPEZ-CORDÓN, María Victoria, “La fortuna de escribir: escritoras de los siglos XVII y XVIII”, Isabel MORANT (dir.), Historia de las mujeres en España y América Latina, Vol. II. Madrid, Cátedra, 2005, pp. 193-234.
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RODRÍGUEZ CUADROS, Evangelina; HARO CORTÉS, María (eds.), María de Zayas, Leonor de Meneses y Mariana de Carvajal, Entre la rueca y la pluma. Novela de mujeres en el Barroco, Madrid, Biblioteca Nueva, 1999.
SERRANO SANZ, Manuel, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas, (ed. Orig. 1903), Madrid, Rivadeneyra, 1975, Tomo I, pp. 237-244.