Desde que el IV Concilio de Letrán celebrado en 1215 hiciera obligatoria la confesión auricular al menos una vez al año comenzaron a multiplicarse, en un primer momento manuscritos y luego impresos, unos libros muy especiales denominados manuales de confesión. En ellos, tanto el confesor como, a veces, el penitente podrían aprender a examinar, y examinarse, la conciencia para luego verter y hacer verter en los oídos de los confesores la propia intimidad del penitente vinculada a las transgresiones realizadas al orden moral impuesto por los socios de la Confesionalización del Estado. Bajo el régimen del gobierno del pastorado, habría de conseguirse un rebaño único, dócil e ideológicamente unidimensional de acuerdo con el famoso unum ovile et unus pastor de Jn 10, 16.
Tras el Concilio de Trento (1545-1563), con el fin de lograr la canonización de una moral, un ethos social perfectamente sintonizado con lo allí acordado, la producción de manuales de confesión se incrementó de una manera exponencial. También este fenómeno tuvo lugar en Andalucía en la que uno de los hombres más importantes en la implantación de la contrarreforma postridentina en España, el por entonces obispo de Córdoba y luego arzobispo de Sevilla, don Cristóbal de Rojas y Sandoval, editaba un famoso manual Docvmentos y avisos… a los Rectores y Confessores, Córdoba: Juan Bautista Escudero, 1569. A partir de ahí miles de estos libros relativos a la confesión saldrían impresos de las imprentas andaluzas dispuestos a formar a hurgadores de las conciencias y que podríamos clasificar en tres grupos. Un primer grupo compuesto por los confesionarios, artes de confesar, manuales de confesión y los relativos a la casuística, que son los que generalmente denominamos manuales de confesión. Será el grupo que representa una mayor producción con treinta y cuatro ediciones entre los siglos XVI y XVIII, entre los que podríamos destacar la obra del jesuita Antonio Fernández de Córdoba, Instrucción de Confessores, impresa en Granada por Martín Fernández Zambrano en 1621 o el Manual de confessores de Juan de Ascargorta editado en Granada por Nicolás Prieto en 1713. Un segundo grupo serían aquellos relativos a los tratados y sumas de teología moral dirigido a los confesores, de las que se realizaron en Andalucía catorce ediciones, como la del jesuita Juan Enríquez, Compendio de casos morales ordinarios, Jerez: Fernando Rey, 1629 y Sevilla: Francisco de Lyra, 1629. El tercer grupo estaría compuesto por obras dirigidas a los confesores en aras de lograr una mejor y mayor formación, que cuenta con un total de veintiocho ediciones andaluzas, como la Instrvcción de Sacerdotes del cartujo Antonio de Molina, cuya primera edición fue la de Alfonso Fernández en Granada en 1608 así como la de Sevilla por Luis Estupiñán de 1610. Un cuarto grupo lo compondrían las obras relativas a la dirección y examen de conciencia, con veinticuatro ediciones andaluzas, como la más significativa de todas, la archiconocida Guía de Pecadores de fray Luís de Granada, Granada: Sebastián de Mena, 1605 o la obra anónima Breve instrucción para examinar la conciencia antes de la confesión particular impresa en Córdoba por Juan de Medina en algún momento del siglo XVII. El quinto grupo estaría compuesto por las obras relativas a la normativa jurídico-teológica sobre la confesión y tratados morales que la desarrollan, con un total de veinticuatro ediciones como las Advertencias que haze el obispo de Almería don Rodrigo de Mandia y Parga a los curas y beneficiados confessores del Obispado, impresa en Granada por Francisco Sánchez en 1667. Por último, un sexto grupo estaría relacionado con obras literarias alusivas a la confesión, en la que detectamos hasta veinte ediciones. Finalmente, destacar que entre los lugares andaluces con mayor profusión de impresiones tendríamos por este orden a Sevilla, Granada y Córdoba.
Autor: Antonio González Polvillo.
Bibliografía
GONZÁLEZ POLVILLO, Antonio, Análisis y repertorio de los tratados y manuales para la confesión en el mundo hispánico (Ss. XV-XVIII), Huelva, Universidad de Huelva, 2010.
GONZÁLEZ POLVILLO, Antonio, “La producción de manuales de confesión en la Andalucía Barroca”, en Congreso Internacional Andalucía Barroca. Andújar, Sevilla, Consejería de Cultura, 2009, vol. 4, pp. 235-242.
MORGADO GARCÍA, Arturo, “Pecado y confesión en la España Moderna. Los manuales de confesores”, Trocadero, 8-9, 1996-1997, pp. 119-148
Portada del Interrogatorio en forma de diálogo… de las preguntas necesarias que deuen hazer los PP. Confessores, del franciscano José Gavarri, impreso en Granada en la imprenta real de Francisco de Ochoa en 1676
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