La clasificación de los comerciantes que participaron en la carrera de Indias plantea dificultades. Las fuentes distinguen entre cargadores a Indias y cosecheros. El término cargador designaba a todo aquel que hacía tráfico marítimo al por mayor con las colonias. En principio, los cargadores se ocupaban de la exportación de manufacturas, ya fueran de origen nacional o extranjero. Las leyes del monopolio obligaban a que los comerciantes con Indias fuesen españoles. Debido a esta restricción, muchos cargadores se dedicaron al comercio comisionista, cargando en los barcos de la carrera manufacturas de origen extranjero. Por su parte, los cosecheros se dedicaban a la exportación a América de productos de transformación agraria, principalmente vino y aceite, utilizando para ello los derechos concedidos a través del llamado tercio de frutos de las flotas de Indias. Sin embargo, a pesar de que esta distinción parece clara, existían cosecheros que aprovechaban este privilegio para embarcar con destino a América –a veces con carácter exclusivo- productos de naturaleza no agraria, especialmente manufacturas textiles. Junto a ellos, es frecuente que aparezcan comerciantes que aunaban ambas facetas, es decir, la de propietarios agrícolas que exportaban sus productos a Ultramar y la de cargadores de productos manufacturados. Lutgardo García Fuentes señala estas dificultades al escribir:
“Evidentemente se nos puede objetar que el grupo de cargadores de productos agrarios no es sino una parcela específica dentro de la totalidad de exportadores a Indias; que habría que distinguir entre la figura del cosechero y el cargador no cosechero y, finalmente, que se impone también la distinción entre el cargador que remite a Indias únicamente productos agrarios de aquel otro que comercia con todo tipo de géneros, incluidos los productos del agro andaluz”.
- Domínguez Ortiz nos recuerda esta problemática al afirmar:
“Nunca será posible llegar a una clasificación rigurosa de un grupo social tan amplio y diverso. ¿Cómo establecer la raya divisoria entre el cargador que a la vez posee fincas rústicas y el hacendado que de manera regular o esporádica comercializa su cosecha?”.
- Heredia insiste en estas superposiciones cuando aclara que
“el término y la realidad del cargador (…) se complican desde el principio con la aparición de otros hombres que ejercieron como tales pero vinculados además a la propiedad de la tierra, con connotaciones específicas según fueran dueños de viñedos o de olivar o de tierras de pan sembrar. Los nombres de cargador, cosechero o hacendado convivirán y se superpondrán en la documentación pero harán referencia a realidades distintas, aunque confluyan en una misma persona”.
En su estudio sobre el comercio sevillano, A. M. Bernal y A. García-Baquero intentaron poner orden en esta compleja realidad y propusieron una clasificación basada en tres categorías: cargadores-hacendados, hacendados-cargadores o cosecheros y cargadores a secas, cada una con sus respectivos matices. El término cargador, en cualquier caso, designaba al comerciante al por mayor con América, ya se ocupase sólo de la exportación de manufacturas o de éstas y de productos agrarios. Los cargadores a Indias estaban agrupados en un Consulado, organismo fundado en 1543 que cumplía la función de defender sus intereses, canalizando y regulando al mismo tiempo el desarrollo de sus actividades mercantiles, y trasladado a Cádiz en 1717.
Además de cargadores, cosecheros y hacendados, no puede olvidarse que los navegantes a Indias estaban autorizados también a llevar mercancías a las colonias para su venta, por lo que también deben ser tenidos en cuenta entre los agentes del comercio colonial. Por otra parte, muchos comerciantes extranjeros al por mayor asentados en las ciudades mercantiles atlánticas andaluzas, aunque no estaban habilitados para comerciar directamente con las colonias, sí lo hicieron de manera indirecta, a través de testaferros españoles.
Autor: Juan José Iglesias Rodríguez
Bibliografía
BERNAL, Antonio-Miguel y GARCÍA-BAQUERO, Antonio, Tres siglos de comercio sevillano (1598-1868). Cuestiones y problemas, Sevilla, Fundación Cámara Sevilla-Universidad de Sevilla, 2011, 2ª ed.
GARCÍA-BAQUERO GONZÁLEZ, Antonio, Cádiz y el Atlántico, 1717-1778, Cádiz, Diputación Provincial, 1988, 2 vols.
GARCÍA FUENTES, Lutgardo, El comercio español con América, 1650-1700, Sevilla, Diputación Provincial, 1982.
RUIZ RIVERA, Julián Bautista, El Consulado de Cádiz: Matrícula de comerciantes, 1730-1823, Cádiz, 1988
RUIZ RIVERA, Julián Bautista y GARCÍA BERNAL, Cristina, Cargadores a Indias. Madrid, Mapfre, 1992.
Título: Grabado incluido en la obra del abate Coyer, La nobleza comerciante. Traducción de Jacabo María de Espinosa, Madrid, por D. Joachin Ibarra, Impresor de Cámara de S. M., 1781. Fuente: Dominio público. [...]
Título: Alegoría del comercio colonial. Fuente: Grabado procedente del Archivo Histórico Provincial de Cádiz.
Nº de comerciantes al por mayor en las ciudades atlánticas andaluzas (1752).
Tipo | Cádiz | Sevilla | El Puerto | Sanlúcar |
Cargadores a Indias | 145 | 24 | 26 | |
Navegantes en la Carrera | 40 | 37 | ||
Traficantes del país | 285 | 24 | 10 | |
Traficantes extranjeros | 244 | 30 | 11 | |
Comerciantes al por mayor | 119 | |||
Hacendados | 31 | |||
Cosecheros | 198 | |||
Total | 529 | 493 | 118 | 84 |
Fuente: Respuestas Generales del Catastro de Ensenada.
Número de matriculados en el Consulado de Cádiz
Años | Número | Media |
1731-1742 | 725 | 60 |
1743-1755 | 668 | 68 |
1756-1765 | 668 | 74 |
1766-1778 | 1.018 | 73 |
Total | 3.079 | 69 |
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de A. García-Baquero y J. B. Ruiz Rivera.