Del miniaturista Juan Ramírez y la transcendencia de su producción en la introducción del Renacimiento italiano en la península Ibérica se desconoce bastante. El profesor Ángulo Íñiguez lo parangonaba con Pedro Machuca, decía que en el contexto artístico de la ciudad de Granada en el siglo XVI había dos grandes protagonistas, uno Pedro Machuca, arquitecto encargado del diseño del Palacio del rey y emperador Carlos I de España (Carlos V); y otro, Juan Ramírez, el miniaturista. A día de hoy,  esta consideración sigue vigente aunque todos somos conscientes de que el arte de la miniatura, el miniado de libros, no iba destinado al gran público, se trata de un registro plástico que por su finalidad misma, ilustrar libros de la liturgia, adquiere la condición de arte para entendidos. En cualquier caso, cuando contemplamos algunas de las ilustraciones realizadas por Juan Ramírez fácilmente establecemos coincidencia con los grandes maestros de la pintura sobre tabla del siglo XVI en las colecciones europeas. Sin ir más lejos, cuando contemplamos en la colección del Museo del Prado la Anunciación de Fray Angélico siempre valoramos que se trata de una composición en la que el interés por representar la profundidad o tercera dimensión supone una clave de modernidad, justifica buena parte de su valor artístico. Pues bien, en las miniaturas de Juan Ramírez podemos comprender y explicar que estamos ante una de las obras que proponen la conquista de la profundidad, que introdujeron el interés compositivo, las técnicas que permitían al pintor representar las escenas con profundidad o tercera dimensión. A ninguno se nos escapa que efectivamente la tabla de la Anunciación de Fray Angélico llegó a la península Ibérica a comienzos del siglo XVII y no ingresa en las colecciones del actual Museo del Prado hasta el siglo XIX. Por tanto, la obra de Fray Angélico no ejerce influencia sobre los pintores que trabajan en la península Ibérica en el siglo XVI. Efectivamente los estudios de composición (profundidad) en la pintura realizada en la península en el siglo XVI son tímidos, llegan por influencia italiana. Juan Ramírez a través de sus miniaturas se ofrece uno de los introductores de la tercera dimensión en la península.

Juan Ramírez trabajó, firmó contrato de obras en las ciudades de Granada, Sevilla y Alcalá la Real (provincia de Jaén) en la primera mitad del siglo XVI. En la Catedral de Granada entre 1520 y 1554, iluminando libros, asume contratos para la traza de retablos, ejerció como maestro interino, diseña brocados. En estos años también iluminó  Libros de Coro de la Catedral de Jaén; e ilumina la carta del vino pascual y libros de la Catedral de Sevilla. De la biografía de Juan Ramírez podemos destacar que estuvo afincado en Sevilla, entre calle Nueva y la collación de San Vicente, San Miguel y de la Magdalena hasta 1548. Su hijo Andrés Ramírez tuvo una amplia trayectoria como artista.

La puesta en marcha de la impresión de libros mediante un sistema mecánico trajo consigo la revalorización de los trabajos de iluminación de libros. La miniatura en el desarrollo del siglo XVI se consolida como un género artístico, y Juan Ramírez se sitúa entre los artífices más valorados en este género en la ciudad donde se está construyendo el palacio de emperador Carlos V. En el siglo XVI la Catedral de Granada ofrecía un valor añadido, se trataba del elevado número de libros corales miniados que atesoraba, entre estos la producción de Juan Ramírez destaca por su modernidad en la medida en que introdujo las técnicas renacentistas italianas. En las escenas que iluminan estos libros de la liturgia, tal y como podemos comprobar en la  pintura sobre tabla destinada a los retablos, observamos en una misma escena rasgos de modernidad en la representación de la profundidad junto a la pervivencia del naturalismo esquemático, simplificación de lo representado a la mínima expresión que permita leer la imagen, este último rasgo característico del Románico y del Gótico; a modo de ejemplo, la representación de la anatomía y ropajes de la virgen en la Anunciación del Prado. Esta economía de medios, esta representación esquemática en una escena en la que ya se percibe la tercera dimensión o profundidad, también se aprecia en las miniaturas de Juan Ramírez. Ahora bien, la modernidad de la obra de Juan Ramírez, aunque se integre en escenas con rasgos medievales como los comentados, supone una gran aportación ya que trabaja en la península Ibérica a comienzos del siglo XVI, difícilmente tenía oportunidad para beneficiarse de las reflexiones y propuestas para la conquista de la tridimensionalidad que se mantenían en Florencia a través de intelectuales de la talla de Filippo Brunelleschi. Recordemos que tanto Pedro Berruguete como el propio Pedro Machuca ven la necesidad de viajar a Italia para renovar sus técnicas.

Las composiciones de animales fantásticos, la tridimensionalidad de las escenas conseguida en gran medida a través de la representación de arquitecturas renacentistas que en estas obras adquieren un doble valor, por un lado interés espacial porque ejercen como ejes para concebir la escena conforme a la tridimensionalidad y por otro, estas arquitecturas ofrecen valor documental porque suponen un testimonio de los referentes sobre los que trabaja en este caso Juan Ramírez. Finalmente, la decoración de las iniciales en las miniaturas. Estos son los rasgos de mayor modernidad, que justifican la influencia del Renacimiento proveniente de Italia en las miniaturas de Juan Ramírez. Los Libros de Coro de la Catedral de Granada atesoran una muestra especialmente significativa para conocer la introducción del Renacimiento italiano a través de la miniatura de Juan Ramírez en la primera mitad del siglo XVI en la península Ibérica, destacamos los Libros de coro de la Catedral de Granada: Responsorios del Primer Domingo de Adviento, Natividad, San Esteban, San Juan, Circuncisión, Inocentes, Epifanía, Tentaciones de Jesús,  Entrada en Jerusalén, Calvario, Resurrección, Ascensión, Pentecostés, Trinidad y el Corpus; Libro 17, 19, 20, 34, 43,46, 47, 53,59, 63, 66,71 y 72.

Autora: Aurora Arjones Fernández

Bibliografía

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