De los cuatro núcleos de poblaciones fundados: Valdepeñas, Campillo, Los Villares y Mancha Real, sólo tenemos material visual de Mancha Real y Campillo de Arenas. Las poblaciones de Los Villares y Valdepeñas, por otro lado, dados sus condicionante orográficos dejan poco espacio a la interpretación.
La traza de Mancha Real está presidida por una plaza central cortada por seis calles. La vía principal –la Calle Maestra- corta en dos la plaza, aunque no de forma exacta. La plaza no guarda proporción con la organización de los solares.
La traza de Campillo de Arenas está presidida por una plaza central cortada por diez calles. La plaza ocupa casi dos solares cuadrangulares del eje central y está atravesada por dos calles principales –que siguen el eje de conexión entre Jaén y Granada- y otras seis que cortan perpendicularmente.
La forma urbana de Mancha Real guarda cierta similitud con la fundación de Santa Fe de Granada en 1491 y sus precedentes medievales repartidos por media Castilla y Aragón, con ejemplo paradigmático en Villareal (Castellón) en torno a 1270 –con cardo y decumano partiendo por la mitad la plaza con ángulos ciegos-. En Mancha Real la plaza está alineada al cardo (en unos de los lados por lo que desplaza la plaza hacia un lateral) y el decumano que la parte en dos. Los ángulos de la plaza son ciegos. Son las formas clásicas de los campamentos y ciudades del viejo Imperio Romano, de las Bastidas francesas, de alguna ciudad-estado italianas…, entre los siglos XI-XIII. La forma urbana de Campillo de Arenas parte de un modelo más complejo y evolucionado. Las diez calles que parten desde la plaza es una evolución de la traza de las ciudades de Indias donde el modelo fundamental era un único espacio cuadrado como plaza y las calles “a los cuatro vientos” que partiendo desde las esquinas formaban ocho ejes principales.
El modelo de Campillo de 1539 se aproxima a las ordenanzas de Felipe II del 13 de julio de 1573 para “descubrimientos, nueva población y pacificación de las Indias”. Felipe II establece que la plaza, de forma cuadrada, debería tener una dimensión de cuadrado “prolongado”, y una vez y media del ancho, desde donde partirían doce calles, las cuatro principales porticadas. La iglesia tendría que estar ubicada en la plaza y exenta de edificios. Los elementos de dimensiones de la plaza, el número aproximado de calles, el espacio privilegiado otorgado a la iglesia…, son elementos presentes en la morfología urbana de Campillo de Arenas.
Por último, tenemos que señalar que el modelo de ciudad propuesto por las leyes de Felipe II no fue practicado en América. Hasta la fecha sólo se han localizado planos de trazas urbanas de similares características pero que no se construyeron. En otras partes de los territorios de la Monarquía Hispánica si encontramos una tipología parecida por la existencia de una plaza central y diez calles, como la fundación de Poggioreale (Sicilia) en 1642, aunque con significativas diferencias.
Independientemente de las preguntas que aún queden por realizar y la falta de respuestas, ya que siguen pendientes las consultas documentales, todo este proceso fundacional nos señala la importancia que supusieron las fundaciones de las nuevas poblaciones en el reino de Jaén, y que estas realidades no tuvieron sólo un impacto local o exclusivamente a nivel de Andalucía, sino que repercutieron en otros reinos, coronas, monarquías…, es decir, tuvieron un carácter internacional, y que su impacto no sólo se produjo a lo largo del siglo XVI sino también durante los siglos XVII y XVIII.