El arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo, nació el 6 de febrero de 1669, en la localidad cordobesa de Lucena; falleciendo a la temprana edad de 56 años, el 30 de junio de 1725 en Priego de Córdoba.

Es uno de los artistas de transición más reconocidos del barroco andaluz, en ese paso de los primeros logros iniciados en la centuria del Seiscientos, hacía la profusión y madurez  de las formas barroquizantes, ya propias de las tendencias que en el campo del arte, tuvieron lugar durante el siglo XVIII.

Su actividad artística estuvo centrada principalmente en lo referente a la labor arquitectónica, concretamente como decorador y como retablista. Así pues, se trata de una actividad,  que estaría enfocada dentro de la arquitectura religiosa del Seiscientos y ligada en un primer momento a su provincia de origen; siendo más adelante la ciudad de Granada, un nuevo escenario que vendrá a recoger sus creaciones de madurez y por ende, su consagración como artista.

En líneas generales, podemos afirmar que su estilo bebe y avanza en sus primeros años de la formación adquirida en su localidad natal de mano de su padre, Diego Hurtado Izquierdo. Maestro albañil de profesión,  sería uno de los primeros contactos que pudo adquirir con la arquitectura. Unido a lo anterior, hay que tener en cuenta que el siglo XVII fue una época de gran esplendor artístico y de mecenazgo, promovido principalmente dentro del ámbito religioso. Es por ello que junto a la enseñanza familiar, destacarían en su aprendizaje algunos de los nombres más relevantes del momento como Juan Martínez Márquez o Juan Rodríguez Navajas, quienes estarían ligados a su entorno de residencia, como fue la localidad lucentina.

Por  lo tanto, serían estas personalidades quienes vendrían a completar la formación artística del joven Hurtado Izquierdo. Este destacó principalmente como decorador y retablista, emprendiendo una carrera artística repleta de originalidad dentro de los parámetros estilísticos del momento, llevando al arte barroco a elevadas cotas de innovación.

Su estilo, al igual que ocurre con muchos de los artistas de su tiempo, emana de influencias italianizantes; sin embargo, no se conoce con seguridad la forma en la que pudo adquirir dichas influencias, especialmente en lo que respecta al empleo de la línea curva en sus diseños. Otra de las posibles influencias, sería Alonso Cano, en lo referente al empleo decorativo de lo conocido con la denominación de placa recortada.

Pero si algo define el estilo de Hurtado Izquierdo, es el empleo de contrastes, así como el juego de superposiciones que le llevan a conseguir teatralizantes efectos lumínicos en sus obras. Los materiales predominantes sería el estuco, el yeso y el mármol, aprovechando para ello, canteras cercanas como la de Cabra o la de Carcabuey. Con dichos materiales, establecería composiciones decorativas que vendrían a convertir sus creaciones arquitectónicas, en verdaderas joyas de la arquitectura barroca andaluza. Motivos de grutescos o de hojarasca, combinados con elementos laminados,  inundan y revisten las superficies de los edificios, siendo así unos elementos que repetiría en su actividad como tracista de retablos.

Ejemplo de lo anterior, lo constituye uno de sus primeros encargos para uno de los mecenas más relevantes del momento, como fue el Cardenal Salazar. Fechado a caballo entre el siglo XVII y la centuria del Setecientos, para este proyecto tomaría influencia del  modelo clásico, al plantear un espacio de planta centralizada que estaría destinado a cumplir una función funeraria y a la vez conmemorativa de dicho personaje. Esta capilla, emplazada en el interior de la Mezquita- Catedral cordobesa, adquiriría una forma poligonal sobre la que se elevarían ocho arcos de medio punto, sobre los cuales se alza el cuerpo de luces que sustenta la cúpula que cierra la misma. En la parte inferior, se emplaza la cripta que siguiendo un modelo poligonal al igual que la capilla, estaría destinada a acoger los restos mortales del cardenal.

Frente al aspecto formal,  lo más característico lo conforman los elementos decorativos que revisten dicho espacio. En ella, se refleja el carácter y la originalidad del artista en lo referente a la composición mediante la bicromía  matérica. Por un lado el mármol rojo y verde en lo que respecta a la parte del zócalo; mientras que por otro, el empleo del yeso en las paredes, en el cuerpo de luces y en la bóveda. Una decoración de yeserías, que  inunda los muros de la capilla a modo de roleos y de hojas de acanto. Otro de los elementos que destacan en la misma, sería el cenotafio del Cardenal Salazar, en el que la influencia de las tumbas papales de Bernini, se hace más que evidente. Por último resaltar el retablo que preside el espacio, que acoge a la imagen de Santa Teresa obra de José de Mora, así como las pinturas del artista Antonio Palomino.

Otras obras llevadas a cabo en Córdoba bajo el encargo del Cardenal Salazar, sería el Hospital de los Agudos o como se lo conoce actualmente: el Hospital del Cardenal Salazar. En un primer momento, este proyecto estaría concebido para albergar una escuela de música para niños indigentes; sin embargo, debido a la epidemia de peste que tuvo lugar en la capital cordobesa durante el siglo XVIII, la función de dicha construcción cambiaría, pasando a ser un hospital que atendiera los enfermos más terminales. En la actualidad, este edificio funciona como Facultad de Filosofía y Letras, en pleno casco histórico de la ciudad; siendo una de las facultades más emblemáticas de Córdoba, así como de Andalucía.

Junto a las dos anteriores, Hurtado Izquierdo promovería otra serie de obras tanto en Córdoba como en la provincia. Ejemplo de ello, lo constituye la Iglesia Conventual de la Trinidad de Córdoba o la Iglesia hospitalaria de San Juan de Dios en la localidad de Priego de Córdoba.

Sin embargo, su proyección artística no va a estar ligada únicamente a la provincia cordobesa, sino que otra de las ciudades en las que llevó a cabo una importante labor arquitectónica, fue en la ciudad de Granada, bajo el patrocinio en este caso del Arzobispo Martín de Ascargorta.

Bajo el amparo de este personaje, realizaría en la ciudad granadina una serie de proyectos, que combinaría con aquellos ya iniciados en Córdoba. El primero de ellos, lo constituyó la Iglesia del Sagrario, siendo pues el motivo que lo llevó a iniciar su trayectoria artística en Granada. Para este templo, levantado sobre los restos de la antigua mezquita aljama,  proyectó una planta centralizada de cruz griega, siguiendo el estilo y el gusto por los espacios centralizados ya presente en sus obras. En cuanto a la decoración, esta estaría proyectada siguiendo los parámetros del barroco. Sin embargo, esto último no sería llevado a cabo, debido a que el proyecto sería reanudado por el arquitecto José de Bada y Navajas, quién le otorgaría un carácter más clásico, conforme al estilo imperante en la catedral granadina.

Sin duda, una de las obras que marcaron su carrera artística, lo constituyeron, los encargos realizados para el Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de la orden de los Cartujos. Dentro del mismo, se encargó de la dirección del Sagrario, en el que intervinieron artistas como Palomino, José de Mora, o Duque Cornejo, haciendo de este espacio, una de las joyas más relevantes del barroco granadino, y por ende, del barroco andaluz. Se trata de un espacio de pequeñas dimensiones, cuya arquitectura queda revestida por una profusa decoración barroquizante que inunda y dinamiza toda la estancia, en cuyo centro se alza el tabernáculo de mármoles de colores, que coronado en sus ángulos por las virtudes teologales, viene a completar el  lenguaje iconográfico de la estancia.

Junto a lo anterior, proyectaría el baldaquino del altar que precede al sagrario. En el mismo,  se hace presente el empleo de la decoración de hojas de acanto, combinados con otros elementos que caracterizarían su obra, como es la columna salomónica.

Finalmente a dicho arquitecto, se le atribuiría el diseño de la sacristía, siendo este un espacio que aunque sería dirigido por otro maestro, se deja entrever las características de su estilo. En ella se puede apreciar la influencia de la Sacristía del Cardenal Salazar. En este caso, vemos cómo supone una clara evolución técnica en su trayectoria, en lo que respecta al empleo de leguajes más complejos en el trabajo del yeso, que a modo de formas vegetales y roleos, inunda los testeros de la estancia, proyectando lo que en términos artísticos del arte barroco, sería denominado como horror vacui.

Por otra parte en su labor como retablista, señalaremos el de la Iglesia de San Lorenzo de Córdoba, o el del antiguo Convento de San Pedro en Priego de Córdoba entre otros. Junto a los anteriores, una de sus obras más señeras lo constituye el retablo de Santiago de la Catedral de Granada, consiguiendo romper con el estilo imperante hasta el momento en el trabajo del retablo granadino. La novedad en este caso residiría,  en el empleo del estípite en sustitución de la columna salomónica, así como también, en la envolvente y profusa decoración de hojarasca.

Los últimos años de su vida, así como sus últimas intervenciones, transcurrirían en la localidad cordobesa de Priego de Córdoba, donde fijaría su residencia hasta su muerte en 1725. Hurtado Izquierdo, no solo dejaría un importante legado artístico, sino que su trayectoria dejaría huella en otros jóvenes artistas de su tiempo, quienes continuarían con las enseñanzas y con el legado de uno de los maestros considerados de mayor relevancia del arte barroco andaluz.

Autora: Leticia Galdeano Olmedo

Bibliografía

HENARES CUÉLLAR, Ignacio, Granada. Arte, tomo IV, Diputación Provincial, Granada, 1981.

OLMEDO SÁNCHEZ, Yolanda Victoria, “Tradición y novedad en la obra de Hurtado Izquierdo: análisis de algunos ejemplos en Córdoba”, Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, n.º 32, Granada, 2001, pp. 271-288.

OLMEDO SÁNCHEZ, Yolanda Victoria, “Francisco Hurtado Izquierdo (Ca. 1669-1725)”, en RUBIO LAPAZ, Jesús (coord.), Artistas andaluces y artífices del arte andaluz. El ciclo Humanista. Desde el último Gótico al fin del Barroco, Arquitectos I, T. XXXV, Sevilla, Publicaciones Comunitarias, 2011, pp. 353-381.

TAYLOR, Renato, “Francisco Hurtado. La Sacristía del Cardenal Salazar”, en PELÁEZ del ROSAL, M. y PÉREZ ALMENARA, C. (eds.), El barroco en Andalucía, Córdoba, Universidad, Córdoba, 1985.