La figura del Correo Mayor fue esencial para la génesis de las modernas instituciones postales de Europa. En la Monarquía Hispánica, los Reyes Católicos se preocuparon por mejorar la organización interna de sus territorios que pasaban por mejorar sus instituciones, entre ellas el servicio postal. Por lo que decidieron poner al frente del servicio postal a personas a las que premiaban por sus servicios, fidelidad u otros motivos concediéndoles el título de Correo Mayor. Esto se hacía a través de una patrimonialización de los cargos en los que el oficio constituía una participación en el gobierno del rey, aunque ejercido por el oficial correspondiente, que de esta forma obtenía una fuente de ingresos.
Según la historiografía, el origen del Correo Mayor se remonta al título de Trotero Mayor que se creó en el reino de Castilla durante el reinado de los Reyes Católicos con el nombramiento de Juan de Santa Coloma en 1477. Aunque en el reino de Aragón ya existía desde el siglo XIV el cargo de Hoste de Correus como jefe de los correos de estos territorios. Sin embargo, a partir del siglo XVI con Carlos I y sus sucesores se comienza a tener conciencia de la importancia de las comunicaciones en la estructura general de los estados y por ello se crea el cargo de Correo Mayor General de España. Esta institución se creó con el objetivo de que el Correo Mayor tendría que ejercer como jefe supremo y único del transporte de la correspondencia. Debido al carácter centralizador del Estado, este cargo se constituyó como un monopolio, que se concedía a una misma familia en la cual los miembros lo heredaban sucesivamente, pero con nombramiento personal a cada Correo Mayor.
El título de Correo Mayor de España se concedió en monopolio a la familia de los Tassis. Esta familia originaria de Bérgamo (Italia) ejerció desde el siglo XIII una eficaz organización postal en Italia y desde el siglo XVI sus funciones se extendieron al resto de Europa donde a través de diversas ramificaciones de dicha familia ostentaban el servicio postal en la mayor parte de Europa como Alemania, Hungría, Portugal, Francia, Holanda, España, etc. Francisco de Tassis fue el primer miembro de esta familia que se insertó en el panorama postal español de la mano de Felipe I quien, en 1505, le nombró Maestro Mayor de Hostes, Postas y Correos de su Real Casa, Corte, Reinos y Señoríos y le ordenó establecer comunicaciones postales entre España, Francia, Alemania y Güeldres. Este nombramiento fue ratificado por Carlos I en 1516 quien acordó con Francisco de Tassis el establecimiento de una red de postas a su servicio en España, Roma, Nápoles, Alemania y Francia. A la muerte de éste, Carlos I otorgó en 1518 el oficio de Correo Mayor de España a sus sobrinos, Juan Bautista, Mateo y Simón de Tassis, naturalizados en España y que se dividieron entre sí el empleo: Juan Bautista se instaló en Flandes, Simón en Italia y Mateo en España. Sus sucesores siguieron poseyendo el privilegio de Correo Mayor de España, que comprendía tanto el servicio real como el de particulares, hasta que Juan de Tassis y Peralta murió sin descendencia en 1622 y entonces pasó este oficio a la casa de los condes de Oñate hasta que en 1706 fue incorporado a la Corona por Felipe V.
Sin embargo, estos nombramientos crearon fuertes oposiciones en el territorio español de la mano de quienes hasta entonces habían ejercido el cargo de jefe de correos en diferentes espacios de la Monarquía Hispánica. Por lo que los Correos Mayores de Granada y Sevilla, entre otros, mantuvieron largos pleitos con la familia Tassis al querer mantenerse en sus respectivos cargos. Este es el caso, por ejemplo, del pleito que se desarrolló en 1599 entre Juan de Tassis y Fernando Díaz de Medina, veinticuatro y Correo Mayor de Sevilla, donde se menciona que los Reyes de Castilla le habían otorgado desde 1501 a la familia de Fernando Díaz de Medina el título de Correo Mayor de Sevilla. Y del pleito entre Juan de Tassis y Luis Baltasar Dávila, que había sido nombrado en 1589 Correo Mayor de Granada, en el que Juan de Tassis protestó este nombramiento alegando que él poseía los derechos de Correo Mayor de todos los reinos y señoríos, entre ellos el de Granada. Este pleito se alargó durante todo el siglo XVII pues la ciudad de Granada no quiso ceder a conceder sus derechos de propiedad del oficio de correo en tal ciudad.
Por lo tanto, podemos observar cómo oficialmente la familia de los Tassis tenía el privilegio de administrar los correos de España, pero en la práctica real no lograron culminar el pretendido monopolio postal pues en algunas ciudades, como Sevilla y Granada, seguían ejerciendo este servicio los Correos Mayores de las respectivas ciudades.
El Correo Mayor de España en la ciudad de Sevilla fue un título hereditario que comenzó con, Pero Vázquez de Saavedra que ejerció este oficio entre 1474 y 1483; al que le siguió Fernando de Medina durante unos meses; Juan Darias de Saavedra le sucedería en el cargo, a quien la Corona le concedió el privilegio de este oficio por tres generaciones; el siguiente en la línea sucesoria fue Fernán Darias de Saavedra que ejerció el oficio desde 1503. A partir de este momento se van a superponer hasta cuatro personajes encargados del correo: la familia de los Tassis quienes poseían el privilegio de Correo Mayor de España, los Correos Mayores de Indias nombrado como monopolio a la familia Galíndez de Carvajal desde 1512, los correos de la Casa de la Contratación y los Correos Mayores propios de la ciudad de Sevilla. De ahí que se van a dar numerosos pleitos entre ellos debido a la superposición de estos cargos. En cuanto al Correo Mayor de Sevilla seguirá ejerciéndolo diferentes personajes como Juan Darias de Saavedra quien ya compra el oficio de Correo Mayor de Indias de la Casa de la Contratación, unificando ambos oficios en 1563; Pedro Afán de Ribera; Rodrigo de Xerez a partir de 1566; Hernando Díaz de Medina desde 1584; Fernando de Medina y Mendoza; Gaspar de Guzmán (conde-duque de Olivares) desde 1626; e Iñigo de Tassis (conde de Oñate y Villamediana) con el cual Sevilla a partir de 1633 entró en la organización de la familia de los Tassis.
En el siglo XVIII, el correo español pasó a ser una Real Renta de la Corona debido al interés en Felipe V por recuperar las rentas enajenadas de la Corona en épocas anteriores. De esta manera, Felipe V promulgó la incorporación a la Corona de los oficios de Correo Mayor existentes en España a través del Real Decreto de 21 de noviembre de 1706. Este hecho prosiguió con un período de diez años (1706-1716) de arrendamientos de los servicios postales por medio de asientos concedidos por la Corona. El primero fue a Diego de Murga y Compañía, Marqués de Montesacro, desde 1707 a 1711, y luego a Juan Francisco de Goyeneche desde 1711 a 1716 cuando se creó la Superintendencia General de Correos y fue nombrado el mencionado Goyeneche como Superintendente de la misma.
No obstante, ambos personajes se vieron obligados a realizar diferentes subarriendos de su oficio debido a causas económicas y estructurales, pues, aunque en la teoría el monopolio estaba reunido en una familia, en la realidad el servicio postal se hallaba disperso entre distintos personajes que tenían el título de Correo Mayor en sus respectivas ciudades (Correo Mayor de Valencia, Barcelona, Málaga, Sevilla, Granada, etc.). De esta forma, Juan Tomás de Goyeneche, mediante escritura de arrendamiento, arrendó el oficio de correos de la ciudad de Sevilla a José Ignacio de Respaldiza y Lezama, y a Francisco de Respaldiza y Uriarte (quien había sido teniente del Correo Mayor de España en Sevilla hasta el momento de la incorporación), vecinos de Sevilla, desde 1711 hasta 1716 con la obligación de servir y mantener las postas de la ciudad de Sevilla.
Este asiento finalizó el 8 de julio de 1716 por el cual Felipe V nombró a Juan Tomás de Goyeneche como Juez Superintendente y Administrador General de los Correos en España, marcando la pretendida administración directa que tuvo la Corona en gestionar el servicio postal.
Autora: Rocío Moreno Cabanillas
Bibliografía
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