Se trata de uno de los edificios más relevantes de la arquitectura civil baezana, siendo denominado por José Molina Hipólito como uno de los “más originales y valiosos del plateresco andaluz en su asimilación de las formas italianas”.

El origen del edificio ha generado ciertas controversias entre los historiadores. Durante el siglo XV, la residencia del corregidor de Baeza se localizaba en algún inmueble particular alquilado a tal efecto o bien en una “casa de aposentamiento” de los Propios, ubicada en el arrabal de la Puerta de Córdoba, junto al Hospital de San Antón Abad. Por su parte, la primitiva Cárcel Real de Baeza se localizaba en la collación de Santa Cruz, lindera a unas casas propias de Dª. Leonor de Yelves, viuda de D. Juan de Úbeda, “y por delante de la Calle del Rey que está junto a la escalera de la Torre de los Altares”.

Puesto que era “muy pequeña y de mala disposición”, en 1502 se obtuvo licencia real para venderla y edificar otra nueva en la calle del Prado. Sin embargo, la construcción tardaría varios años en llevarse a cabo. Según Cruz Cabrera, en 1504 se procedería a la ampliación de la cárcel con la adquisición de solares a la mencionada Dª. Leonor de Yelves, y complementada en 1520 con la incorporación de una casa para el corregidor, emplazada junto a la torre de los Altares. Sin embargo, tres años más tarde se plantea pasar el edificio al centro de la vieja ciudad, junto a las Casas del Cabildo de la Plaza de Santa María, si bien finalmente se decide construir un nuevo edificio en el espacio abierto del Prado.

Las obras debieron ir bastante lentas, iniciándose hacia 1530 (a tenor del estilo predominante en el edificio) y estando plenamente finalizadas hacia 1564 (si bien las obras en la Casa de Justicia estarían concluidas ya en 1559, tal y como nos indica una cartela de la fachada). Sobre quien llevaría a cabo la intervención, Chueca Goitia lo adscribe a un maestro formado en la escuela granadina de Juan de Marquina o Sebastián de Alcántara. Del mismo modo, se baraja la participación de Andrés de Vandelvira (especialmente en la puerta de la Cárcel), quien por aquellos años estaba realizado ciertas intervenciones para el cabildo municipal, no siendo extraña su participación en este proyecto.

Sin embargo, las intervenciones se continuarían a lo largo del tiempo, con el fin de llevar a cabo reparaciones en las instalaciones de la cárcel así como para mejorar los aposentos privados de los corregidores. Especialmente destacadas serían las actuaciones llevadas a cabo al interior del edificio a partir de 1867, año en el que el edificio pasa a funcionar como sede del Consistorio municipal.

La última gran intervención efectuada en el inmueble (financiada por la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Andalucía) fue llevada a cabo entre 2009-2011 por Viar Estudio Arquitectura, y que supondría la diferenciación de tres zonas claramente diferenciadas en el edificio:

– El edificio histórico: en donde se encuentra la parte representativa y política del consistorio municipal (salón de plenos, alcaldía, grupos políticos, sala de exposiciones y conferencias, etc.).

– Las nuevas instalaciones: en donde se disponen las oficinas municipales, zonas de uso común y atención al público (área administrativa, obras y urbanismo, servicios generales…).

– El vacío: contenedor de un nuevo espacio público, distribuidor y lugar de espera y estancia.

En relación al edificio histórico, sin duda lo más sobresaliente es la fachada del edificio. Ésta se divide en dos cuerpos, separados por un friso acanalado y decorado con hojas de acanto. En el piso inferior se abren dos puertas, que sirven de acceso a la antigua cárcel (a la izquierda) y a la casa de justicia (a la derecha). Entre estas dos puertas se abren dos ventanas adinteladas con una profusa decoración plateresca y rosetas.

La puerta de la Cárcel es un arco de medio punto sobre imposta y clave resaltada con forma de acanto. A ambos lados aparecen dos cariátides que representan la Caridad y la Justicia sobre ménsulas acanaladas, apareciendo en las enjutas sendas cartelas con inscripciones latinas alusivas a estos símbolos. Por su parte, la antigua entrada de la Casa de Justicia es un arco escarzado sobre jambas y enmarcado por columnas platerescas; en la parte superior se ubica una profusa decoración de grutescos que acompañan a una cartela central con la siguiente inscripción: “ESTA · OBRA · SE · HIZO · POR · MANDADO · DE · LOS · MUI · ILLES · SEÑORES · BAEÇA · SIENDO COREGIDOR DELLA · EL · MUI · ILLE · SEÑOR · DON · IVAN DE BORJA · EN · EL AÑO DE 1559”.

El cuerpo superior nos ofrece cuatro balcones a modo de serlianas, sobre columnas de mármol y dotadas con una rica decoración plateresca a base de cabezas, niños, guirnaldas, medias figuras, etc. Por su parte, el balcón de la derecha es producto de una ampliación posterior (fechada en 1792) razón por la cual su forma es diferente. Entre las serlianas aparecen tres escudos heráldicos, aún con restos de policromía: el central muestra las armas del Emperador Carlos sobre el águila de San Juan y enmarcado con el toisón de oro; por su parte, a la derecha aparece el escudo del Corregidor Juan de Borja, mientras que a la izquierda encontramos el escudo de la ciudad de Baeza.

Coronando el edificio tenemos una cornisa saliente de tipo castellano con grandes ovas y tableros con decoración de rosetas, todas diferentes. Esta cornisa está sustentada con grandes ménsulas decoradas con volutas, figuras de niños, enanos, esfinges, quimeras, águilas, chivos alados, hojas de acanto…

Como hemos comentado, el interior del edificio ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo del tiempo (especialmente tras la última intervención de 2011), estando documentada la existencia de cuatro patios en el edificio original. La Cárcel ocupaba el ala izquierda del piso bajo, disponiéndose aquí el patio de presos, el cuarto de las mujeres y los calabozos, la audiencia de cárcel, el cuarto del potro y la vivienda del alcaide (ésta última en el segundo patio); por su parte, la Casa de Justicia se localizaba a la derecha del edificio: en la parte inferior se localizaba el “patio de la fuente” que daba acceso al oratorio y a una vivienda baja para acomodo del corregidor en los meses estivales, siendo en este lugar en donde se localizaban las caballerizas, la cocina y las habitaciones de la servidumbre, mientras que en el piso superior se disponían las estancias del corregidor, su despacho y el gran salón.

Del edificio histórico sobresale el vestíbulo principal, cubierto con yeserías renacentistas y provisto de una arquería con los escudos de la ciudad y de los Benavides, tras la cual se encuentra una gran escalera de tres tramos con balaustres de madera, cubriéndose este espacio con una cúpula gallonada (realizada por Juan de Mendoza entre 1669 y 1673). Igualmente destacado sería el Salón de Plenos, cubierto por un bello artesonado de madera policromada procedente del coro bajo del Convento de San Antonio (y trasladado aquí en 1937).

Autor: José Manuel Almansa Moreno

Bibliografía

ALMANSA MORENO, José Manuel, Guía completa de Úbeda y Baeza, Úbeda, El Olivo, 2005.

CRUZ CABRERA, José Policarpo, Patrimonio arquitectónico y urbano en Baeza (siglos XVI-XVIII). Aristocracia urbana y conmemoración urbana, Granada, Universidad de Granada, 1999.

CRUZ CRUZ, Juan, La catedral de Baeza y su entorno monumental, Pamplona, Eurograf, 1998.

MOLINA HIPÓLITO, José, Baeza histórica y monumental, Córdoba, Caja de Ahorros, 1982.

Guía artística de Jaén y su provincia, Sevilla, Fundación Lara, 2005.

MORAL JIMENO, María (coord), Baeza. Arte y patrimonio, Baeza, Ayuntamiento de Baeza y Diputación Provincial de Jaén, 2010.