Dramaturga y poeta malagueña que vio representadas sus obras con éxito en el Madrid de finales del XVIII y comienzos del XIX. Nacida en Málaga, fue hija adoptiva, según declaración propia, del matrimonio Antonio de Gálvez, coronel del Ejército y María Ana Ramírez de Velasco, en cuyo hogar,  de ambiente ilustrado y cercano a los círculos del poder (su tío Bernardo de Gálvez fue virrey de Nueva España), recibió probablemente una esmerada educación. Se casó en Málaga, en 1789, con José Cabrera y Ramírez, capitán de milicias y posteriormente, en 1803, nombrado agregado de la legación de España en los Estados Unidos. Durante los primeros años de vida en común, en Málaga, comenzaron las desavenencias matrimoniales, al parecer por la mala administración que el marido María Rosa hacía tanto de sus bienes dotales como de los heredados por muerte de su padre. La pareja también tiene que hacer frente al fallecimiento de su única hija, y aunque durante un tiempo las separaciones y las reconciliaciones se suceden, el matrimonio, acabará divorciándose. María Rosa Gálvez en su testamento, redactado poco antes de morir (fallece en octubre de 1806), menciona a algunas personas que habían intervenido en su relación matrimonial malmetiendo a su marido contra ella y causándole daño en su “persona, honor e intereses”. Hacia 1800, Maria Rosa se halla establecida en Madrid, frecuentando los círculos aristocráticos de sus parientes (en especial el de Josefa Gálvez y Valenzuela, marquesa de Sonora) y ha entablado amistad con Manuel Godoy, valido de Carlos IV, a quien deberá la publicación de sus obras (Obras poéticas, 1804). En la época esta amistad dará lugar  a comentarios sobre una supuesta relación amorosa entre ambos y se utilizará en las críticas que recibe la autora.  Sin embargo, María Rosa Gálvez no era una mujer que aceptara sin más los convencionalismos de su tiempo y aunque se declare “perseguida” por algunos,  supo utilizar los resortes que tenía en su mano para ver publicadas y representadas sus obras y defender su condición de escritora y autora dramática. Falleció a los 38 años en Madrid.

Como autora destaca por su fecundidad y por la diversidad de géneros que cultivó, fundamentalmente poesía, periodismo y teatro. Aunque la crítica en su tiempo no se puso de acuerdo sobre si era mejor poeta que dramaturga, el teatro fue sin duda su gran pasión. Entre 1801 y 1805, publicó un buen número de obras poéticas y dramáticas, estrenando muchas de las comedias y tragedias de las 17 obras teatrales que compuso.  La colección del Nuevo Teatro Español de 1801, que recoge las obras estrenadas en Madrid en esa temporada cita, entre las de nuestra autora,  la comedia, traducida del francés Catalina o la bella Labradora, la tragedia Ali-Beck, el sainete Un loco hace ciento  y la zarzuela El Califa de Bagdag. En 1804 la Imprenta Real publicó en tres tomos gran parte de su obra poética y dramática, entre la que figuraba la traducción del francés de una comedia musical (Bión), comedias sentimentales (Los figurones literarios, El egoísta), un monólogo trágico con música (Saúl) y las tragedias (La delirante, Florinda, Blanca de Rossi,  Ammón, Zinda y Safo)  Destacó su éxito como autora de comedias de costumbres (La familia a la moda) y de comedia sentimental (Las esclavas Amazonas); estas dos fueron las últimas.  Si bien la crítica trató peor sus tragedias ella se sentía orgullosa de cultivar un género en el que las mujeres como autoras teatrales no habían destacado. En su obra dramática tocó una gran variedad de temas, enfoques y géneros, pero por encima de esta variedad se impone siempre su ideología ilustrada y la defensa que hace de la libertad, la igualdad entre los hombres sin importar la raza y el sexo y la justicia. Aunque estéticamente se atiene a las normas neoclásicas y es una escritora de gran corrección, no duda en romper con algunas convenciones, incluso en algunos casos tuvo que luchar con la censura y defender su criterio. Concretamente a punto del estreno en el Coliseo de Los Caños del Peral, en 1804, de la comedia en tres actos La familia a la moda,  el tribunal eclesiástico se negó a dar la licencia calificando la misma de “inmoral” y “escuela de corrupción y libertinaje”, según refiere  la propia autora en una carta en la que solicita la revisión de su examen por censores de reconocida imparcialidad e inteligencia ya que, según ella, no se había comprendido su obra. Finalmente en marzo de 1805 obtendría la licencia y se estrenaría esta comedia que representaba, en forma de caricatura, los estragos que determinadas costumbres del siglo causaban en una familia acomodada.   

La crítica fue en su época y en los siglos posteriores despiadada con ella, tanto con su vida amorosa como con su obra, confundiéndola ambas con frecuencia. La crítica contemporánea, sin embargo, la considera una dramaturga de su tiempo, recuperable en el contexto de la sensibilidad y el gusto teatral dieciochesco y además, como mujer, hay que destacar en su trayectoria de vida su lucha por ser considerada una escritora.

Autora: María José de la Pascua Sánchez

Bibliografía

CABRERA ORTIZ, J.L., LUQUE ORTIZ, A., El valor de una ilustrada: María Rosa de Gálvez,  Málaga, Ayuntamiento de Málaga, 2005.

HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.), Autoras en la Historia del teatro español (1500-1994), Madrid, Publicaciones de la asociación de Directores de Escena de España, 1996. Vol. I.

SERRANO SANZ, Manuel, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833,  Tomo 269. Madrid,  Biblioteca de Autores Españoles, 1903, pp. 443-456.

WHITAKER, Daniel, La voz malagueña en el teatro de la Ilustración española: cinco obras selectas de María Rosa Gálvez, Málaga, Diputación Provincial, 1990.