Aunque tradicionalmente se vino considerando a Juan Martínez Montañés como el fundador de la escuela sevillana de escultura en los primeros años del siglo XVII, las investigaciones realizadas en la segunda mitad del siglo pasado han destacado que en la generación de escultores precedentes ya se observan rasgos comunes y preferencias iconográficas que permiten hablar de una incipiente escuela sevillana. Serán Isidro de Villoldo y fundamentalmente Juan Bautista Vázquez, “el viejo”, los que formulen las bases de esta escuela  y es después de 1570 cuando puede considerarse a Vázquez como cabeza de la misma.

Según Margarita Estella, Vázquez nace hacia el año 1525. López  Martínez lo asegura, sin referencias documentales conocidas, natural de la villa Salmantina de Pelayos. La primera parte de su producción la encontramos en Castilla, asentándose en Toledo donde su estancia está documentada desde 1554 a 1556. Hacia 1557 ya se sabe que estaba en Sevilla, donde permanecerá hasta su muerte, treinta y dos años después.

Su venida a la urbe, al coincidir con el fallecimiento del entallador flamenco Roque de Balduque (1561) y del abulense Isidro  de Villoldo, lo convierte en uno de los escultores más solicitados de la antigua diócesis de Sevilla. Sevilla que tenía el monopolio del comercio de Indias desde 1503, con el establecimiento de la casa de la contratación, será destino elegido por numerosos artistas foráneos y extranjeros que acuden a la búsqueda de los numerosos encargos que se originan en la ciudad debido a la boyante economía.

Juan Bautista Vázquez, El Viejo o “el mayor” tal y como en su época se le denomina en los documentos para distinguirlo de su hijo homónimo y también escultor Juan Bautista Vázquez El Joven, representa quizás uno de los mejores exponentes de la imaginería renacentista de la segunda mitad del XVI en Sevilla. Su influencia se deja sentir en artistas de gran talento como Jerónimo Hernández, Gaspar del Águila o Miguel Adán por citar a algunos. Además se distinguió por sus labores como retablista, pintor y grabador.

La obra de Vázquez en Sevilla está ambientada estilísticamente en el manierismo con muchos vestigios clásicos. La escultura sevillana, que giraba en torno a Roque de Balduque, va a sufrir una fuerte reacción con la presencia de los dos maestros castellanos Villoldo y Vázquez. En torno a Vázquez vinieron desde Ávila y Toledo artistas que conformaron el núcleo fundacional de la escuela, como Juan de Oviedo el viejo y Diego de Velasco, que ayudaron a la penetración de lo castellano en el ambiente andaluz. También otros como Gaspar del Águila y Miguel Adán, quienes prosiguieron el camino que iniciaron Vázquez y Villoldo, aunque la definición de la escuela vino de manos de los seguidores más jóvenes de Vázquez, como su hijo Juan Bautista Vázquez “el mozo” y en especial su discípulo Jerónimo Hernández.  Vázquez se convertirá junto a su discípulo Hernández en abanderado de una nueva estética que se va a demandar en el último tercio del siglo.

Como escultor, los influjos berruguetescos son claramente perceptibles en muchas de sus figuras masculinas, pero son menos significativos en otros de sus tipos iconográficos. Podemos destacar sus proporciones algo alargadas sin llegar a los excesos de algunos manieristas, agudizadas por sus cabezas pequeñas bien plantadas y ligeramente movidas en un sentimiento de “contraposto”. Como obras principales podemos destacar el Cristo de Burgos de la iglesia sevillana de San Pedro, el San Pablo de la iglesia de Santa Bárbara en Écija, la Virgen de las Fiebres de la parroquia sevillana de la Magdalena.

Como tracista de retablos, Vázquez utilizó en Andalucía tres tipos diferentes: retablos mayores de imaginería escultórica, estructuras arquitectónicas dirigidas a capillas laterales y destinadas a albergar programas íntegros pictóricos y tabernáculos de una y tres calles. Entre los retablos conservados destacan el de Santa María de Carmona, el de la iglesia de Santa María de Medina Sidonia y el de San Mateo de Lucena (aunque este último solo intervino en la realización de esculturas y relieves, pues la traza se debe a Jerónimo Hernández). Dentro de los retablos menores destacan el de la Virgen de la Piña en Santa María de la Oliva (Lebrija).

También es muy interesante su labor en otros soportes como la piedra, el bronce e incluso como grabador. De sus tareas en piedra o mármol tenemos la Piedad de la catedral abulense, atribución unánime, el sepulcro de Antonio del Corro en San Vicente de la Barquera (Santander) y los relieves de la portada de la iglesia del Hospital de la Sangre o de las Cinco Llagas de Sevilla diseñada por Hernán Ruiz II. De sus tareas en bronce destaca la atribución del modelo del Giraldillo fundida por Bartolomé Morel o la lauda de Per Afán III Enríquez de Ribera, duque de Alcalá de los Gazules en 1571.

Todavía existen algunas lagunas en nuestro conocimiento de los años de formación de Vázquez. Margarita Estella en su libro “Juan Bautista Vázquez el viejo en Castilla y América” apunta una posible formación en Italia y más posiblemente en Parma debido a la noticia que da la enciclopedia de Zani y la inclusión en esta de un tal Giambattista Vázquez, escultor, pintor y grabador.

Ceán Bermúdez dijo de él “que fue uno de los artistas que llevaron a Andalucía las buenas formas, la nobleza de caracteres, el sencillo plegar de los paños y otras máximas con que acabó de desterrar la manera gótica, que todavía reinaba en Sevilla entre algunos profesores”.

Autor: Jesús Ángel Porres Benavides

Bibliografía

ESTELLA, Margarita, Juan Bautista Vázquez el viejo en Castilla y América,  Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1990.

PALOMERO PÁRAMO, JESÚS, El retablo sevillano del Renacimiento. Análisis y evolución (1560 –1629), Sevilla, Diputación de Sevilla, 1981.

PALOMERO PARAMO, Jesús, “Juan Bautista Vázquez el viejo y la portada del colegio de las doncellas nobles de Toledo”, en  Separata de Boletín del semanario de estudios de Arte y Arqueología, Tomo XLIX, 1983, p. 497.

PORRES BENAVIDES, Jesús, “Juan Bautista Vázquez y el retablo de  Santa María de Carmona”, en Archivo Hispalense, 92, 2009, pp. 279-328.

PORRES BENAVIDES, Jesús y DOMINGUEZ GOMEZ, Benjamín, “Proceso evolutivo y restauración en un retablo de Bautista Vázquez” en las Actas de las Jornadas del Grupo de Trabajo de Retablos: Estructuras y sistemas constructivos en retablos: estudio y conservación  organizada por el grupo español del IIC, Febrero de 2009.

PORRES BENAVIDES, Jesús y GARCÍA ROSELL, Carmen, “La revisión documental en el estudio histórico- artístico: la nueva atribución del patrón de Écija”, Revista PH. IAPH, nº 76, noviembre 2010, pp. 90-101.