Aunque suene a tópico, todo tiene un lado positivo. De la “crisis” que políticos, banqueros, empresarios y demás agentes sociales nos están hablando continuamente, y usando de chivo expiatorio para justificar malas gestiones y la cultura de la especulación, han salido algunas iniciativas positivas que vale la pena subrayar. Una de estas es la recuperación, gracias a la participación ciudadana, de algunos espacios urbanos “abandonados” al estallar lo que se ha denominado la burbuja inmobiliaria.
En el contexto de crisis, se han potenciado y puesto en marcha distintas iniciativas sociales que están revitalizando algunas partes de la ciudad que han quedado abandonadas y en desuso, al mismo tiempo que refuerzan tejidos sociales y reivindican el uso colectivo de espacios degradados y solares vacíos. Estas iniciativas propician la implicación de los ciudadanos con su entorno, ya que mediante procesos participativos, abiertos y plurales proponen impulsar la regeneración de solares diseminados por la ciudad que han quedado a la espera de tiempos mejores (inmobiliariamente hablando) para ser reurbanizados, y que ahora están en desuso. Estas actuaciones se basan en la participación vecinal, la urbanización low cost (a través del ingenio, la mínima inversión y el reciclaje) y los pactos de uso temporal con los propietarios de estos emplazamientos urbanos o con las distintas administraciones, mostrando una nueva manera de hacer ciudad y hacer urbanismo que pasa por la participación e implicación ciudadana.
Un ejemplo de ello es el proyecto de intervención en los solares vacíos del Casco Histórico de Huesca, proyecto denominado Re-Gen Huesca. Descubrí Re-Gen Huesca el pasado verano al pasear por el núcleo histórico de dicha ciudad. La iniciativa está impulsada por el ayuntamiento de Huesca, y sus objetivos son promover el uso de los solares vacíos y en desuso del casco histórico, convirtiéndolos en espacios colectivos, y así potenciar la participación ciudadana y su implicación con la ciudad. A través de este proyecto distintos solares del casco antiguo se han convertido en parques infantiles y espacios acogedores donde, por ejemplo, se puede apadrinar y cuidar plantas, saltar en camas elásticas hechas con neumáticos usados o disfrutar de un entorno agradable en el que se han decorado las paredes de las casas colindantes a las fincas que se han derribado, evitando el aspecto de deterioro asociado a una demolición.
Otro ejemplo de este tipo de iniciativas, lo encontramos en una actuación regenerativa que recientemente se ha inaugurado en un solar vacío del ensanche izquierdo de Barcelona, el conocido por los vecinos como el solar de las Hermanitas (haciendo referencia a la antigua existencia del convento asilo de las Hermanitas de los Pobres), ubicado en las calles Viladomat y Consell de Cent. En este caso, la iniciativa de origen ciudadano, de participación y regeneración del entorno de este solar ha sido la que ha impulsado el proyecto Recreant Cruïlles (recreando cruces) [i]. Y no es un caso aislado en Barcelona, donde mediante el Pla Buits Municipals, diecinueve solares han estado cedidos temporalmente a entidades sin ánimo de lucro para que les dieran un uso social.
Pero, ¿por qué quiero subrayar estas iniciativas? Pues porque, aunque tímidas, son muestras de que en muchas ciudades, la crisis esta potenciado que el tejido social y urbano se esté regenerando y se agudice el ingenio. La implicación vecinal, social y territorial, que fomentan estas iniciativas de recuperación de solares vacíos, potencia valores como el cuidado y la implicación con el entorno, el apego al lugar (attachment), la resignificación de la ciudad, sin necesidad de grandes inversiones, para hacer una ciudad pensada para y por sus habitantes.
Estas actuaciones muestran cómo la forma de interactuar con la ciudad, de pensar, crear y de usar los espacios urbanos, ha cambiado con la crisis, generándose nuevas oportunidades de implicarse y mejorar las ciudades en las que vivimos. A través de la participación ciudadana, se están reclamando y construyendo ciudades que acogen las nuevas filosofías de vida ecológicas y sostenibles (creación de huertos urbanos, búsqueda de espacios colectivos polivalentes que permitan la expresión artística y cultural, espacios que posibiliten la realización de actividades cerca de casa a un precio low cost), por lo que se está produciendo un cambio en la manera de construir, practicar y vivir en las ciudades.
[i] La iniciativa “Recreant Cruïlles” ha sido premiada como Finalista en el Premio Time Out 2012 a la Mejor Iniciativa Ciudadana. Fuente: Time Out, 10 de Diciembre de 2012