La involución del espacio natural en la Costa del Sol Occidental: parques fluviales activos como actuación regeneradora

Vamos a hablar de naturaleza, de turismo, de ríos y, por qué no, de viñas en el mar, porque Vitis-Vinum-Cultura es todo eso: Es cómo a través de la investigación “Involución del espacio natural en la Costa del Sol occidental”, el estudio de la historia, del territorio y la voluntad de proteger un entorno natural tan amenazado surge un proyecto de recuperación, de tradición, de raíces, de aprendizaje, una escuela de vitivinicultura.

Vivo en la Costa del Sol y año tras año he visto cómo se ha modificado el entorno, cómo la naturaleza mantiene una lucha permanente con el crecimiento urbanístico. Por ello la investigación se centra en el estudio del estado actual de los espacios naturales que aún se conservan y la transformación que ha sufrido el territorio. Esto me llevó a la búsqueda de cómo proteger los cauces de los ríos que son la conexión de los Montes de Málaga con el mar y lo que mantiene vivo a ambos ecosistemas.

La Costa del Sol, que vive por y para el turismo y cuyo atractivo son sus playas de arena fina, el mediterráneo azul y transparente, las montañas, el clima, etc., aún no integra la conservación y recuperación de espacios naturales como estrategia turística. Ese atractivo que tiene el litoral se está perdiendo y a la vez se está produciendo una pérdida de identidad, lo que nos lleva a que “el turismo está acabando con el turismo”.

Los ríos juegan un papel muy importante en la morfología de la costa, son los responsables de la formación de las playas, las arterias del mar. Al modificar su curso natural se producen deltas de regresión evitando el aporte de sedimentos al mar, lo que conlleva que las playas vayan desapareciendo. Esto provocaría efectos catastróficos, y es que las playas son las esponjas de la costa que debilitan la agresividad del mar.

La Costa del Sol está formada por dos franjas consolidadas inconexas: la Ciudad Lineal (compuesta por la masa urbana) y los Montes de Málaga. En esta desconexión se encuentra uno de los problemas de la costa, un espacio intermedio de arquitectura diseminada que va ocupando de manera anárquica el territorio. En la investigación estudiamos las costuras, la relación del espacio intermedio con los corredores verdes.

A su vez se seleccionaron ocho ríos por los que se realizaron una serie de derivas de corte situacionista. La experiencia vivida me proporcionó una visión completa y amplia de la Costa del Sol Occidental, observando cómo sus paisajes naturales, sus sierras frondosas y ríos luchan día a día con un urbanismo desordenado y agresivo.

Posteriormente nos adentramos en datos, realizando catas de paisaje y estudiando la inundabilidad, entre otros temas.

Tras el estudio se realizó una estrategia de actuación basada en la recuperación de los corredores ecológicos, escogiendo como ejemplo uno de los ríos estudiados. Esta regeneración provocaría:

– Mejoras en el ecosistema marino
– Mejoras en el flujo migratorio de aves
– Mejoras en la diversidad de flora y fauna
– Evitaría deforestación
– Evitaría problemas de inundaciones

Se propone la conservación y protección de los ríos más allá de la marcada por las leyes mediante una estrategia urbana y arquitectónica a través de un sistema territorial. Esta protegerá física y legalmente aquellos espacios naturales que, a pesar de situarse dentro de zonas protegidas, se encuentran amenazados. El sistema propone, como ya lo hacía el Plan de Ordenación del Territorio, una serie de parques fluviales que cosan la franja de tejido urbano con la natural.

El río seleccionado, Río Padrón (Estepona), fue estudiado en detalle a través de parámetros como las trasformaciones sufridas en su cauce, la deforestación, el cambio de sistema de cultivo y sus consecuencias, la inundabilidad, la contaminación acústica que le afecta, las fracturas provocadas por las autovías y los elementos existentes en los márgenes, como una fábrica de hormigones entre otros.

Este estudio nos lleva a plantear un Parque Fluvial activo como elemento estructurante y regenerador del río, realizando intervenciones como el desvío del viario, mejora de las condiciones hidráulicas, traslado de la zona industrial y reforestación, para la posterior revalorización del río. Este tipo de actuaciones puede ser común a todos los ríos estudiados, individualizándose según las condiciones de los mismos el enfoque de la revalorización.

En el Rio Padrón se apuesta por actividades que no interfieren en el discurso del mismo, permitiendo su inundación sin provocar daños, como rutas de senderismo, bici y ecuestres, zona de multiaventura, circuito de bicicross, etc. Esto atraería gente a la zona y enseñaría a respetar el entorno apostando por un ecoturismo alejado de los lujos y las grandes ciudades, y preocupado por el medio ambiente.

Pero el vacío que deja la fábrica de hormigones no podía quedarse así, de modo que continuamos investigando adentrándonos en Estepona y su historia, hasta que encontramos viñas en el mar. La actividad económica en Estepona hasta mediados del s. XX fue la agricultura, por lo que su historia está unida a ésta, llamándonos la atención la desaparición del cultivo de la vid, muy extendido a finales del siglo XIX y cuya decadencia comenzó con la plaga de la filoxera y terminó cuando surgió el boom turístico, y es que antes de conocerse por el sol y la playa, más allá de sus fronteras, para muchos Málaga era el nombre de un vino.

Volver a las raíces, recuperar la tradición y reactivar una actividad económica adaptándola a los nuevos tiempos es lo que, junto con la recuperación de un terreno árido en un enclave privilegiado, nos llevó a la creación de VITIS-VINUM-CULTURA, una escuela de vitivinicultura con 19,5 ha. de viñedo que nace como un lugar donde aprender a cultivar y elaborar el vino mediante la práctica, el contacto directo con el producto; un lugar a modo de refugio del vino donde el aprendizaje teórico y práctico van de la mano.

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