Almería tuvo un papel muy secundario en el proceso de la conquista y colonización de México y de otras partes de América desde el siglo XVI; la lejanía del puerto de Sevilla desde donde se tomaba rumbo a América y el descenso de población tras la expulsión de los moriscos en Almería, marcaron la desigual representación de emigrantes almerienses. Aunque sí hubo un incremento de emigración almeriense en el siglo XVIII. A pesar de todo ello, Almería tiene el privilegio de ser el primer topónimo peninsular adoptado para sustituir al original de Nautla de los indios totonacos de las costas del golfo de México en Veracruz. Su significado proviene del nahualt Naui, cuatro; tlan, lugar; que significa «Cuatro lugares». Un territorio que desde finales del siglo XV y hasta la conquista de México por Hernán Cortés (1519-1521), fue un asentamiento militar del emperador Moctezuma.

Este proceso se enmarca dentro de lo que algunos autores han denominado como toponimia de los conquistadores, que consiste en bautizar un paisaje nuevo conforme a la experiencia cultural previa. Por ejemplo, Cristóbal Colón fue el primero en inaugurar esta práctica cuando le puso el nombre de La Española – la actual Haití y República Dominicana- a la isla descubierta el 12 de octubre de 1492.  De esta forma comenzaba un largo proceso de asimilación de las nuevas tierras a la identificación política, cultural, social y religiosa del reino de Castilla en Indias.

Respecto al topónimo de Almería, hasta ahora se había pensado que se debía al establecimiento de población almeriense en Veracruz. Sin embargo, su nombre surgió por parte del cronista y párroco Juan Díaz que acompañaba a la segunda expedición del conquistador español Juan de Grijalva (1522-1523) por las costas de Veracruz y el golfo mexicano. Parece ser que le inspiró la similitud física de Nautla con Almería: “un lugar asentado bajo la dicha sierra, al que llamamos Almería por causa de la otra que está llena de mucho ramaje”. Una diferencia sustancial con el topónimo original de la Almería peninsular procedente del árabe andalusí (almariya), que procede del verbo (ra’aya) “ver”, con el significado de “atalaya, torre desde la que se otea u observa”, tal como confirma al-Idrisi cuando al tratar de Almería nos dice que es “una ciudad situada al extremo de un golfo, en donde hay una torre que se alumbra con fuego para advertir la aproximación de navíos enemigos.

Conforme avanza la conquista de México, el topónimo Nautla-Almería va adquiriendo su propio contenido político como episodio fundador tras la batalla contra las guarniciones militares de Moctezuma, conforme a las menciones de Bernal Díaz del Castillo y de Hernán Cortés. En la Historia verdadera de la Conquista de Nueva España de Bernal Díaz, un soldado y cronista español que acompañó a Grijalva y a Hernán Cortes en sendas expediciones, ni siquiera cita a Nautla, sino que habla de un pueblo que pasaría a llamarse Almería, al que después se refiere como “el llano de Almería”, espacio de un conflicto militar. Hernán Cortés en su Carta de Relación, dirigidas a Carlos V, relata que después de la batalla contra Quapolca quemaron la ciudad de Almería. Cortés transforma lo que se conoce como el llano de Almería, en una ciudad, y tampoco utiliza el nombre totonaca Nautla, sino que lo elimina, dando a entender que la batalla frente al emperador Moctezuma se sucede en territorio castellano. Sin embargo, en su posterior conversación con dicho emperador, en la que le anuncia la derrota de sus tropas, sí que nombra a la ciudad de Nautecal o Almería.

Por tanto, Almería debe ser considerado el primer topónimo peninsular en México y gozar de la misma relevancia que otras ciudades andaluzas como Sevilla, Granada, Córdoba; y otras españolas como Mérida, León, Zamora, Guadalajara, Valladolid y Antequera, en distintas partes de América Latina.

Autora: Magdalena Díaz Hernández

Bibliografía

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CORTÉS, Hernán, Cartas de Relación de Hernán Cortés al emperador Carlos V,  Imprenta Central de los Ferro-Carriles A. Chaix y ca., París, 1886. Disponible en: https://archive.org/details/cartasyrelacion00cortgoog

DÍAZ DEL CASTILLO, Bernal, Historia verdadera de la conquista de Nueva España, edición de Miguel León Portilla,  Historia 16, Madrid, 1984.

GÁLMES DE FUENTES, Álvaro, Los topónimos: sus blasones y trofeos (la toponimia mítica), Real Academia de la Historia, ARTEGRAF, Madrid, 2000.

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