Maximiliano de Austria nació en la ciudad de Jaén el 6 de julio de 1555. Era hijo ilegítimo de Leopoldo de Habsburgo, obispo de Córdoba −hijo bastardo, a su vez, del emperador Maximiliano I y tío, por tanto, de Carlos V− y de la dama catalana Catalina Espert de Ponce. Tras el nacimiento de Maximiliano, su padre, el obispo Leopoldo, planeó constituirle un señorío de envergadura mediante la compra de Fuente Obejuna (Córdoba) en 1557. Este objetivo se frustró tras la repentina muerte del prelado cordobés en septiembre de ese mismo año, momento en el que el rey Felipe II dispuso una carrera eclesiástica para su pequeño pariente. Así las cosas, Maximiliano estudiará Teología en la Universidad de Alcalá y recibirá en 1582 −tras obtener una indispensable dispensa papal debido a su bastardía− la abadía de Alcalá la Real, seguramente una de las más ricas de España. Durante su época como abad, que se prolongará hasta 1596, Maximiliano aprobó las reglas de diversas cofradías que se estaban creando en varias localidades pertenecientes a su jurisdicción. En 1596 el rey Prudente le propuso como obispo de Cádiz −saqueada ese mismo año por Robert Deveraux, conde de Essex− mitra que ocupará después de una nueva dispensa papal y en la que dedicó importantes limosnas a ayudar a las víctimas del ataque inglés. En 1601, tan sólo cinco años después, Maximiliano fue propuesto por Felipe III para ocupar el obispado de Segovia, teniendo allí ocasión de celebrar, en marzo de 1603, unas suntuosas exequias en honor de su pariente, la emperatriz María de Austria. Ese mismo año fue promovido al arzobispado de Santiago de Compostela −que, en opinión de Domínguez Ortiz, parecía destinado en esta época a situar a los bastardos provenientes de la familia real−, sede que ocupará hasta su muerte, acaecida en 1614.

Al frente de la mitra compostelana, el arzobispo Maximiliano inició un programa de reformas orientado a mejorar el funcionamiento de su flamante arzobispado. En 1606, enfrentado a algunos sectores de la élite local, impidió que la celebración de la festividad del Apóstol tuviera lugar en la catedral al oponerse a que las autoridades y sus familias asistiesen a los actos desde el presbiterio de la basílica. En 1607 encargó al canónigo don Jerónimo del Hoyo que realizara visitas a todas las parroquias de la archidiócesis, de las que fue fruto la obra Memorias de el Arzobispado de Santiago.  En 1611 el arzobispo organizó unas solemnes exequias en memoria de su prima, la reina Margarita de Austria. Una soberana muy relacionada, además, con nobles gallegos tan destacados como los Castro, condes de Lemos, y los Zúñiga Acevedo, condes de Monterrey.

Maximiliano de Austria destacó, durante toda su vida, gracias a una labor de mecenazgo artístico en la que, tal vez, siguió los pasos de su padre, quien siempre se comportó más como un príncipe del Renacimiento que como un religioso. Mientras fue abad de Alcalá la Real continuó las obras del espléndido templo renacentista de la abadía. Ya en Santiago, promovió la construcción de la gran escalinata de acceso del templo del Apóstol desde la plaza del Obradoiro, encargo que adjudicó a su nuevo maestro de obras, el jiennense Ginés Martínez de Aranda. Un arquitecto que utilizó modelos renacentistas romanos y andaluces ensayados previamente en Jaén y Granada y que tuvo como objetivos primordiales, tanto facilitar el acceso desde el Hospital Real, como realzar la posición de predominio de la basílica dentro de la plaza y del propio contexto urbano a nivel simbólico.

Autor: Julián José Lozano Navarro

Bibliografía

ARANDA DONCEL, Juan, “La carrera eclesiástica de Maximiliano de Austria, abad de Alcalá la Real y arzobispo de Santiago”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba, de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes, 129, 1995,  pp. 261-268.

ARANDA DONCEL, Juan, “La familia del Emperador: Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba (1541- 1557)”, en MARTÍNEZ MILLÁN, José (coord.), Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, vol. 2, pp. 403-424

DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio, La sociedad española en el siglo XVII. Vol. 2, El estamento eclesiástico, Granada, CSIC y Universidad de Granada, 1992.

JUAN LOVERA, Carmen y MURCIA CANO, María Teresa, “Jaén y don Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba. Un testamento ejemplar”, en Boletín de Estudios Jiennenses, 198, 2008, pp. 251-288.