Proyectada con objeto de servir como panteón real, la Capilla Real constituye una buena muestra de una estructurar arquitectónico que se presenta como una institución fundamental para la ciudad de Granada además de acoger una importante colección de obras de arte de diversa cronología.

La Capilla Real empezó a construirse en 1506 y muestra la transición que se estaba produciendo del mundo Medieval al Moderno al ser ejemplo del tránsito artístico entre el estilo gótico y el renacentista. Su construcción se institucionaliza en septiembre de 1504 en una carta de privilegio otorgada por los Reyes Católicos, hecho que queda reforzado en el testamento de la Reina Isabel La Católica en octubre de ese mismo año. En 1506 se inicia proyecto de Enrique de Egas bajo la premisa de que la capilla estuviese integrada en la Catedral y caracterizada por el equilibrio entre estructura y ornato, estructura de características austeras siguiendo el pensamiento del Cardenal Cisneros con planta de una sola nave circundada por capillas laterales y ornato y mobiliario monumental siguiendo el pensamiento del Rey Fernando y el Conde de Tendilla.

Los avatares históricos posteriores promovieron la ejecución de cambios con respecto a la idea principal. En primer lugar, la muerte de la reina y la necesidad de disponer de una ubicación definitiva para disponer su cuerpo llevó a iniciar con prioridad los trabajos de la Capilla. En segundo lugar, la visita realizada por el Conde de Tendilla en 1509 quien observa una serie de problemas en la fábrica, fundamentalmente la falta de proporción y su pequeñez. Para realizar modificaciones se reunió una comisión de expertos que emite que se realicen cambios entre los que destaca la construcción de un cimborrio que no se lleva a efecto, el aumento de las bóvedas, la ampliación de las capillas laterales y cambios de disposición del coro que se traslada a los pies y que conlleva que el presbiterio se sitúe en alto. A estos hechos le sucedieron otros como el crear un cabildo propio independiente del catedralicio, la decisión de abrir, en 1526 una puerta hacia la calle oficios o los cambios introducidos con la modificación del proyecto de Catedral por Diego de Siloé en 1529, a pesar de que el proyecto se da por acabado en un primer momento en 1517 tal y como refleja el friso epigrafiado que recorre toda la capilla.

La puerta abierta hacia la calle oficios en 1526 por Carlos V a petición del Ayuntamiento de Granada desplazó la puerta originaria, es decir, aquella que conectaba con la Catedral, a un segundo plano, para permitir la entrada directa de los ediles desde la calle Oficios.

Sin apenas modificaciones estructurales hasta el primer tercio del s. XX podemos señalar que la configuración de la Capilla se presenta, tal y como señalaba Bayón, como una pequeña iglesia completa de planta en cruz, alejándose así de la configuración dada a este tipo de espacios dentro de un templo y acercándose a la sencilla de las iglesias franciscanas. Presenta unas dimensiones aproximadas de 47,50 metros de largo por 21,80 de ancho. Salvo la cabecera, la planta queda inscrita en un rectángulo en el que se inserta una nave central, dividida en dos tramos con dos capillas a cada lado de mayor ancho que profundidad que finaliza en un transepto alineado con el muro exterior de las capillas laterales, dos de ellas anuladas para comunicar, en un primer momento, la Capilla con la Catedral y posteriormente la Capilla con la calle Oficios.

Destaca, como precisó en sus estudios Pita Andrade, su austeridad arquitectónica si lo compramos con otras capillas funerarias como la del Condestable de la Catedral de Burgos, la de los Vélez en la Catedral de Murcia o la iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo, que fue proyectada inicialmente antes que la de Granada como panteón regio.

Cabe precisar que la Capilla Real constituye una obra en conjunto en la que, además del elemento inmueble acoge un elenco de bienes muebles de primero orden. En este sentido son obras de excepcional interés la reja del maestro Bartolomé de Jaén, que separa el crucero de la nave, el gran retablo mayor de Felipe de Borgoña, los dos grandes sepulcros renacentistas, dedicados respectivamente a los Reyes Católicos y a Felipe de Borgoña y Juan de Castilla, por Doménico Fancelli y Bartolomé Ordóñez, el retablo con el Trítico de la Pasión de Dierick Bouts y las tablas de la predela por Jacobo Florentino y Pedro Machuca, o la extraordinaria colección de cuadros de la reina Isabel, con obras de primer nivel del arte flamenco, castellano e italiano del siglo XV.

Asimismo, sin entrar en el estudio detallado de las piezas destacan objetos personales de la reina como su corona, espejo, cofre y Misal, así como del Rey Fernando El Católico, su espada; un Lignum Crucis con el Árbol de Jessé, dos portapaces, un cáliz y una cruz góticos; la colección de pintura que engloba tablas flamencas, italianas y españolas; los elementos que introduce Carlos V con objeto de dotar el espacio de magnificencia mediante la inserción de dos cenotafios renacentistas, el de los RRCC y el de Juana y Felipe, junto a la sillería, las cajoneras, la banda del altar el pretil del coro, las puertas de la sacristía, los armarios-relicarios obra de Alonso de Mena que vislumbran el barroco, y el patrimonio documental perteneciente a la historia de España.

En definitiva, tal y como señala Pita Andrade, en la Capilla Real encontramos plasmada la voluntad religiosa, política y artística de los RRCC que quisieron no sólo enterrarse allí sino que fuera el Panteón Real de la Monarquía para, posteriormente, mostrar la voluntad de los diferentes monarcas, la iglesia y la población por que este espacio se mantuviera y mantenga vivo y se conserve en buenas condiciones hasta nuestros días.

Autora: Julia García González

Bibliografía

BAYÓN, Damián, Mecenazgo y arquitectura en el dominio castellano (1475-1621), Granada, Diputación Provincial, 1991.

GALLEGO BURÍN, Antonio, La Capilla Real de Granada. Madrid, C.S.I.C., 1952.

GARCÍA GRANADOS, Juan Antonio, «Problemas arquitectónicos en la Capilla Real de Granada», en Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 19, 1988, pp. 45-63.

PITA ANDRADE, José Manuel. (Coord.) El libro de la Capilla Real, Granada, Cabildo de la Capilla Real, 1994.

ROSENTHAL, E., «El primer contrato de la Capilla Real de Granada», en Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 19, 21, 1973-74, pp. 13-36.

SALMERÓN ESCOBAR, Pedro. “El edificio de la Capilla Real y el proyecto museográfico”, en Un proyecto para la Capilla Real de Granada, Cuadernos I, Granada: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 1992.