En los últimos años, Costa Rica ha sido escenario de múltiples proyectos del TEC que combinan ciencia, tecnología y sostenibilidad para transformar el agro y el entorno urbano. Aunque algunos de estos esfuerzos se desarrollan a pequeña escala, su impacto comienza a sentirse en diversas comunidades, especialmente en zonas rurales como Cartago, el Pacífico Central o Belén, en Heredia. Este artículo resume los principales resultados obtenidos por iniciativas que abarcan desde la agricultura de precisión hasta la gestión pluvial urbana con soluciones basadas en la naturaleza.

Proyectos del TEC destacados

Entre los proyectos más recientes llevados acabo, destacan por su enfoque técnico y social los siguientes:

  • AGRINNOVACIÓN 4.0, una iniciativa de producción sostenible con sensores, riego por goteo y plataformas digitales aplicada a cultivos de zanahoria, papa y cebolla en Cartago, que beneficia de forma directa a 105 personas.
  • EDANA, un sensor de humedad de bajo costo que permite automatizar el riego y ahorrar agua en cultivos hortícolas. 
  • Evaluación de biochar en suelos volcánicos, para mejorar la retención de agua y reducir el uso de fertilizantes.
  • Modelo APSIM aplicado al cultivo de palma aceitera, que simula cómo afectará el cambio climático la productividad futura del cultivo.
  • Diseño de techos verdes y sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS), aplicados a entornos urbanos como Belén.

Resultados productivos y ambientales de los nuevos proyectos de innovación agrícola en Costa Rica

  • Rendimiento agrícola: En el caso de AGRINNOVACIÓN 4.0, 25 productores implementaron prácticas que optimizan el uso de agua y agroquímicos. Se generó una base de datos georreferenciada que permite el seguimiento en tiempo real del comportamiento de los cultivos.
  • Ahorro de recursos: El sensor EDANA logró una calibración con coeficiente R² = 0.95 y permite activar o desactivar el riego automáticamente según la humedad del suelo. Esto representa un gran ahorro hídrico y energético.
  • Biochar y suelo: Su aplicación mejoró la estructura y capacidad de retención de agua en suelos arcillosos y franco arenosos. Sin embargo, sus efectos positivos se reducen en el tercer ciclo de cultivo, por lo que se recomienda su aplicación periódica.
  • Fertilización: En varios proyectos, la combinación de biochar con compost permitió reducir la cantidad de fertilizante químico sin sacrificar el rendimiento, aportando a la economía circular.
Proyectos del TEC

Resultados urbanos y de adaptación climática

Más allá del entorno agrícola, algunos de los proyectos también han puesto el foco en cómo enfrentar los desafíos del cambio climático en zonas urbanas. 

  • Techos verdes y drenaje urbano: Uno de los casos más representativos se dio en Belén, donde se diseñaron techos verdes como solución para reducir el impacto de las lluvias intensas. Estas estructuras permitieron disminuir significativamente la escorrentía y mejorar la gestión del agua en espacios públicos, mostrando el potencial de la infraestructura verde para integrarse en entornos urbanos sin grandes intervenciones..
  • Sistemas urbanos de drenaje sostenible (SUDS): Estas soluciones basadas en la naturaleza demostraron eficacia para controlar lluvias frecuentes y de baja intensidad. Además, permiten combinar función hidráulica con valor paisajístico y ambiental. Estos enfoques permiten mitigar problemas de inundación y, al mismo tiempo, recuperar espacios con vegetación y biodiversidad.
  • Simulación climática: En paralelo, a través de herramientas de simulación como el modelo APSIM, se han explorado los efectos del cambio climático sobre cultivos como la palma aceitera (puede reducir su rendimiento entre un 7.86 % y un 37.86 % en los próximos 80 años si no se aplican medidas). Estas proyecciones muestran la urgencia de adaptar las prácticas agrícolas si se quiere mantener la productividad en escenarios futuros más extremos. 

Resultados de los proyectos del TEC

Los resultados de estos proyectos demuestran que, incluso a pequeña escala, la integración de tecnología, sostenibilidad y participación activa puede generar impactos reales en el territorio. Más de 100 personas se han beneficiado directamente a través de capacitaciones, herramientas digitales y prácticas agrícolas más eficientes. 

Además, la participación de jóvenes en procesos como el uso de drones, sensores, agricultura digital o análisis geoespacial refleja un cambio importante hacia un agro más conectado con el presente y preparado para el futuro. Todo ello apunta a un modelo de innovación que no solo mejora la productividad, sino que fortalece a las comunidades y construye una base más resiliente para el desarrollo rural y urbano de Costa Rica.

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