Columbia, Bioshock Infinite, Irrational Games 2013.
Hace mucho tiempo, en una arquitectura muy, muy lejana… los arquitectos eran capaces llevar sus diseño mucho más allá de los edificios. Más allá de lo que actualmente entendemos como el campo tradicional de la arquitectura, muchos de los que antes que nosotros ejercieron esta profesión llevaron la disciplina a diferentes ámbitos: a los escenarios del teatro, al diseño de mobiliario, a la decoración y, años después, al otro lado de las pantallas.
Diseño de decorado para la ópera «La flauta mágica: El palacio de la Reina de la Reina de la Noche», 1815.
Campo Baeza ha definido la arquitectura en numerosas ocasiones como «idea construida» [1], pero ¿es esa idea construida solo de manera física o también digitalmente? No son pocos los arquitectos que hoy en día modelan sus proyectos íntegramente en 3D, donde se puede llegar a un grado de definición cercano al delirio. ¿Es esa arquitectura real? ¿Acaso es eso arquitectura?
El crecimiento de los usuarios de contenidos audiovisuales ha traído consigo una creciente demanda de elementos realistas y creíbles en sus productos. Sin duda, una enorme puerta a un nuevo campo arquitectónico se ha abierto para todo aquel dispuesto a aventurarse a través de ella.
La Ciudadela. Mass Effect 3, Bioware, 2012.
Este nuevo campo de trabajo, caracterizado por su constante renovación, es seguramente uno de los más prometedores para los profesionales de la arquitectura, al menos en cuanto a diseño se refiere. Las posibilidades son prácticamente infinitas, desde crear ciudades enteras en entornos futuristas a recrear civilizaciones que se perdieron en el tiempo. Proyectos inconstruibles, perspectivas imposibles y espacios totalmente alejados de nuestra realidad. Año tras año, los límites técnicos y la imaginación de los creadores ha ido llegando un paso más allá en los videojuegos, llegando a ser difícil diferenciar entre imágenes reales y creadas digitalmente.
Muchos, seguro que pensarán que el cambio de «gremio» sería un reciclaje duro y complejo. Puede que para la vieja escuela lo sea, pero para los que llevamos ya muchos años usando diariamente las herramientas digitales no debería ser un problema. El cambio de formato es casi inexistente entre la mayor parte del software de diseño de arquitectura y el de videojuegos o animación. De hecho, en no pocas ocasiones son los mismos programas usados de manera muy diferente. Y en cuanto a los procesos de trabajo… más parecidos no podrían ser: análisis, estudio de mercado, viabilidad, desarrollo técnico, correcciones… ¿os suena? Eso sí, el flujo de trabajo es infinitamente más rápido.
Sim City 2013. Maxis, 2013.
Hoy, que tanto se habla de la multidisciplinaridad en los grupos de trabajo, puede que tengamos en este ámbito uno de los mejores ejemplos de cómo profesionales tan diferentes (Ingenieros Informáticos, Ilustradores, Diseñadores o incluso Arquitectos) pueden trabajar juntos codo con codo. Los resultados son evidentes, la industria de los videojuegos es la que más dinero genera dentro del sector del entretenimiento, más que el cine y la música juntos en 2013 [2]. Mientras tanto, el sector de la edificación cae en picado sin esperanza de recuperarse ni a corto ni a largo plazo.
Entonces, ¿es el sector de los videojuegos la panacea para los arquitectos? Está claro que no. Pero, desde luego, es otro sector donde muchos podremos desempeñar nuestra labor profesional y aportar ese «no se qué» que tenemos los arquitectos, como decía el gran Miguel Fisac.
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[1] La Idea Construida. Alberto Campo Baeza. Editorial Nobuko, 2009.
[2] Dato extraído del artículo «Cifras de los videojuegos».
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