Toda la actualidad del Departamento de Ingeniería Química de la UAL – ISSN: 2695-530X

El profesor Emilio Molina Grima en una foto de la época de los inicios del grupo de investigación de Biotecnología de Microalgas Marinas.
Investigación

Ex nihilo nihil facit

Fotografía: El profesor Emilio Molina Grima en una foto de la época de los inicios del grupo de investigación de Biotecnología de Microalgas Marinas.

El profesor Emilio Molina Grima nos recibió en su despacho con una actitud activa pero calmada. Al preguntarle si le venía bien atendernos en ese momento entendí el porqué de su calma: acababa de terminar de corregir un informe de investigación que lo había mantenido atareado esa semana. Mientras acomodaba papeles en su escritorio, comentaba que a pesar de que siempre desempeñó sus funciones de docencia, gestión e investigación, su pasión es la investigación, la actividad que más lo ha absorbido a lo largo de su trayectoria. Quienes lo conocemos un poco sabemos que es cierto, y la expresión de su rostro, siempre transparente a sus emociones, nos vaticinaba disfrutar de una entrevista distendida e interesante, con la satisfacción de la tarea principal de la semana terminada.

Comenzamos con la pregunta que nos trajo hasta aquí…

  • ¿Cómo se logra crear de la nada, en una Universidad recientemente creada un grupo de investigación que resulta hoy por hoy referente mundial en el campo de las microalgas?

  • El grupo de investigación se creó antes que se creara la Universidad de Almería. Allí por el año 87 la Junta de Andalucía sacó su primera convocatoria para financiar proyectos de investigación.

    En ese momento éramos Colegio Universitario adscrito a la Universidad de Granada. El profesor Fernando Valdés y yo en ese momento trabajábamos en cuestiones de transferencia gas-líquido. Mi tesis específicamente la había dirigido el Profesor D. Fernando Camacho Rubio y la defendí en 1977.

    El profesor Valdés y yo por ese entonces teníamos una relación enorme y natural con la gente del Departamento de Ingeniería Química de Granada. Prácticamente todas las semanas o cada 10 días íbamos a Granada, pero nos encontrábamos como si estuviéramos en casa…vamos… que las puertas estaban abiertas para nosotros casi como para la gente de allí mismo. D. Fernando nos hizo saber de la importancia de estas convocatorias pues, no en balde, era la primera vez que la Junta sacaba una convocatoria de proyectos de investigación.

    En una reunión de investigación, D. Fernando nos comentó, por aquél entonces, que él creía firmemente que en Almería se debería de investigar en cuestiones relativas a la acuicultura, ya que tendrían mucho futuro. Él había dirigido recientemente una tesis doctoral sobre Chlorella, el aprovechamiento de la luz…. de la Dra. Eugenia Martínez Sancho.

    El profesor Camacho sugirió que yo fuese el investigador principal del proyecto de investigación sobre microalgas, y montamos así un equipo integrado por profesores de Granada, Jaén, Fernando Valdés por Almería y yo. Así empezó todo. A los dos años nos enteramos que nos habían concedido el proyecto, que fue para construir reactores para el uso de microalgas en acuicultura. De aquí sale el primer gran Doctor en temas de microalgas de nuestra Universidad: el profesor Francisco García Camacho.

  • Entonces el profesor Fernando Camacho fue el visionario de que este tema iba a ser beneficioso para Almería.

  • Sí, totalmente, él nos impulsó, él siempre nos ha tenido presentes, aunque su despacho no estuviese en Almería, ayudándonos cada vez que se necesitó.

  • Así fue el primer proyecto, pero aún no constituían el grupo de investigación llamado Biotecnología de Microalgas Marinas

  • No. Eso costó mucho tiempo, y era necesario un mayor respaldo científico para justificarlo. El grupo quiero recordar que nos lo dieron a finales del 92. Y tuvimos que presentar para ello muchas evidencias (proyectos, alguna publicación y demostrar mucha dedicación y compromiso). De hecho, el entonces director del colegio Universitario Prof. Rivas Carrera, nos dijo que hasta que no incorporáramos en el grupo alguien de Biología la cosa iba a ser difícil. Pero no tuvimos problema, porque además de los entonces becarios (F. García Camacho, J. A Sánchez Pérez, J.Luis García Sánchez, A. Contreras), Fernando Valdés y yo, entró en el grupo Diego López Alonso.

    Por el año 1991 acudimos a nuestro primer Congreso de Biotecnología. Un congreso en Murcia donde conocí a personalidades que me impactaron muchísimo, tales como Claude Gaudin, Borowitzka, Ben Ammotz… todos gigantes en el campo de las microalgas. –Todas estas personas están hoy fotografiados junto a Emilio en su tablero del despacho y conforman hoy su red, ya no sólo de científicos de apoyo sino de amigos. Eran los invitados VIP del congreso. Por eso los habían invitado a visitar una planta de producción de betacaroteno con Dunaliella salina muy grande localizada en Murcia.

    Nosotros no éramos nadie, éramos aspirantes y no nos invitaron a la visita. Sin embargo el profesor Gaudin había invitado a quienes estuvieran interesados a ver un video de lo que ellos realizaban en Francia y los profesores Francisco García Camacho y especialmente José Antonio Sánchez Pérez estaban muy interesados en que nos quedáramos a ver el video. José Antonio volvía en el coche lamentándose no haberse podido quedar. Entonces le hice una promesa que cambiaría tal vez nuestro futuro. Le prometí a José Antonio que si nos daban un proyecto que teníamos solicitado en la convocatoria del Ministerio iríamos a Francia a visitar esas instalaciones. Y precisamente, el Ministerio nos concedió este segundo proyecto.

  • ¿De qué era este segundo proyecto?

  • Era para la construcción de fotobiorreactores tubulares. En el 91 nos lo concedieron y escribimos a Gaudin para ir a visitarlo en Francia. Allí nos atendieron muy bien. No solo nos mostraron las instalaciones sino que nos llevaron a comer, nos atendieron… Yo expuse, recuerdo, un trabajo… con mi birria de nivel de inglés de ese entonces… un trabajo de principiantes…. Hasta ese momento solo teníamos una publicación de algas, correspondiente a la tesina de Antonio Contreras. Lo hice como pude.

  • Entonces fue una cuestión de arrojo.

  • Si, totalmente, fue entusiasmo ganas de crecer. Pero allí el profesor Gaudin nos invitó a lo inimaginable para nosotros en ese momento: a formar parte de un proyecto europeo, que posteriormente lo concedieron en el 92: el proyecto MANTA, también relacionado con la acuicultura.

  • ¿Qué vieron en vosotros para haceros partícipes de un proyecto europeo sin apenas experiencia?

  • Pues principalmente dos cosas: por un lado la ilusión que teníamos en el grupo. Por otro lado, un aspecto rompedor. En ese entonces el mundo de las microalgas era un mundo de biólogos y botánicos… A mí me impresionaba todo lo que sabían acerca de lo que sucedía dentro de las microalgas. Sin embargo, nosotros teníamos el punto de vista ingenieril: la descripción matemática de lo que ocurría, el interés por predecir, por establecer modelos matemáticos. Fue una ruptura de dirección, admiración mutua y colaboración entre distintas visiones de un fenómeno. Fue la irrupción de la visión del ingeniero químico en el campo de las microalgas. Y esto es algo que creo que nos ha ayudado mucho a lo largo de los años pues irrumpimos en ese mundo de la biología aportando una visión de lo que se estaba haciendo por entonces, que apenas se había abordado antes.

  • Y eso fue el comienzo de la red de relaciones internacionales tan amplias.

  • Pues sí, el primer congreso al que asistí fuera de España fue en el año 93, en la república Checa. Y el primer convenio internacional que firmó la joven Universidad de Almería fue con la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, ellos nos visitaron y yo viajé allí por ese convenio. Éramos ya reconocidos en nuestra propia casa y veían nuestro potencial para las relaciones internacionales

  • ¿Pero eráis ya un grupo de investigación propio constituido en esta Universidad?

  • Si ya te lo he dicho antes, eso costó muchísimo y fue en el 92.

  • ¿Por qué eran reticentes a constituiros como grupo?

  • Porque querían evitar la dispersión de los grupos, querían grupos grandes. Pero finalmente conseguí que nos constituyeran y así nació el grupo.

  • O sea que ya eráis grupo antes de que se creara la Universidad.

  • Si. La Universidad se creó en Octubre del 93. La creación de la UAL también ayudó mucho al grupo, pues el Consejo de Gobierno de la UAL recién creada, me propuso para representar a la UAL en el panel de Ciencias de la Vida de las convocatorias de la Junta de Andalucía. Entonces tuve además la ocasión de trabajar codo con codo con otro grande del campo de las microalgas: el profesor Miguel García Guerrero que era el director del Panel y del Instituto de Biología Vegetal y Fotosíntesis del CSIC en Sevilla. El Panel me ayudó a tener una visión bastante completa de la investigación en ciencias de la vida durante 10 años, que fue el tiempo que estuve en el mismo.
Prof. Yusuf Chisti, en una foto durante su estancia de trabajo en Almería.
  • Entonces ¿cómo se permitió la creación posterior de nuevos grupos dentro del mismo departamento? ¿Porque eso implicó desdoblar el grupo de biotecnología de microalgas?

  • Porque yo estaba preocupado porque veía que nos estábamos especializando mucho en ácidos grasos poliinaturados de microalgas y había bastantes becarios y personal en el grupo. Todo el mundo trabajando con el mismo tema y creía conveniente diversificarnos hacia otros temas también.

    Por ese entonces yo seguía mejorando mi inglés. Había estado en Canadá de estancia, y había conocido a uno de los alumnos aventajados del Prof. M. Moo-Young: el Dr. Chisti; otro grande de la biotecnología, que ya había publicado su exitoso libro de Air-lift Bioreactors. Le pedí ayuda para publicar un anuncio en una revista internacional para contratar personal para investigación que pudiese diversificar más la investigación que hacíamos en el Dpto. Y ante mi sorpresa, él me ayudó, pero además me dijo que a él le encantaría aspirar a ese puesto de trabajo y me adjuntó su currículum. En ese momento, y ante el impresionante currículum del profesor Chisti, El Rector de la UAL (Prof. A. Fernández) y el entonces Vicerrector de Profesorado el Prof. B. Torrecillas nos dieron su total apoyo y pudimos contratarlo dentro de la plantilla.

  • Entonces ¿lo que primero se pensó que iba a ser un puesto de trabajo de una persona terminó siendo la base del nacimiento de un grupo de investigación?

  • Más o menos así. Tuve la suerte de que estaba con frecuencia en Sevilla en mis tareas como miembro del Panel de Ciencias de la Vida, Les comenté a mis colegas el CV del Prof. Chisti y los proyectos que quería llevar a cabo para el desarrollo de bioproceso relacionados con la industria farmacéutica sobre moléculas cuya patente caducaba a finales de los 90.

    Afortunadamente, la Ponencia de Ciencias de la Vida del PAI accedió a mi solicitud y se creó el grupo de Desarrollo de Bioprocesos. Entonces le pedí a los actuales profesores José María Fernández Sevilla, José Luis García Sánchez, Asterio Sánchez Mirón que formaran parte de este nuevo grupo liderado por el profesor Chisti. Sin embargo, empezó a echar de menos un ambiente anglosajón y sobre el año 2001 marchó a un país de habla inglesa. Por ese entonces, el profesor José Antonio Sánchez Pérez seguía también trabajando con las microalgas, pero estaba más diversificado porque tenía ya a su cargo tareas de gestión de la Facultad de Ciencias, no recuerdo, si como secretario o vicedecano.

    Por eso cuando Yusuf me comunicó que quería marcharse de España, con el grupo recién creado, me pareció que era una buena oportunidad de que José Antonio utilizara sus dotes innatas de liderazgo y su gran formación como investigador, al servicio de la investigación (tengo que confesar que el Prof. F. Camacho me ayudó también a tomar esta decisión). Le ofrecí seguir él con el grupo iniciado por Chisti y que se pasara a ese grupo como responsable del mismo.

    Tengo que confesar que la conformidad y generosidad mostrada por esta decisión de los otros tres profesores a los que un año antes le había pedido que se pasasen al grupo recién creado fue total. Le proporcioné un par de proyectos que el profesor Yusuf había solicitado pero que no habían sido concedidos. Uno de ellos, sobre producción de estatinas con hongos filamentosos se presentó de nuevo, pero ya con la firma del Prof. Sánchez Pérez, y finalmente fue concedido, así que el grupo tuvo un comienzo muy fructífero, y luego siguió adelante también de forma muy exitosa. Así fue como surgieron nuestros dos grupos de investigación.

    Y así, entre la nostalgias del recuerdo de aquellos tiempos de reuniones multidisciplinares con biólogos e ingenieros, y la evidencia de que apostar por miradas ingenieriles puede conferir una identidad única a la Ciencia, nos despedimos de tantos y tan queridos recuerdos, resistiéndonos a que caigan en el olvido.

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