Se fundó en el año 1548 por el interés y esfuerzo de Juan Téllez Girón, IV conde de Ureña, obteniendo la bula fundacional del sumo pontífice Paulo III, en octubre de 1548. Fundada a semejanza del centro universitario que había auspiciado el cardenal Cisneros en la localidad de Alcalá de Henares (Madrid), su capilla se bendijo bajo la advocación de la Concepción de Nuestra Señora por el obispo de Marruecos el 8 de diciembre de 1548. Para ello, instituyó la Universidad y un Colegio mayor. La primera tuvo quince cátedras mayores y la segunda ocho cátedras menores en torno a las facultades de Medicina, Leyes, Cánones y Teología. Fue el propio fundador quien estableció las constituciones y en quien recayó la posibilidad de reformarlas durante la existencia de la institución.

Durante el reinado de Carlos III con las reformas universitarias practicadas pudo desaparecer, pidiéndose la intersección de la casa de Osuna para su mantenimiento. En tiempos de la ocupación francesa se utilizó como lugar de concentración y fortificación de las tropas. Retomó su actividad docente tras la guerra de la independencia cesando su actividad en el año 1824.

Desde los 1827 hasta 1847 se utilizó como cárcel local. Desde ese año fue alternando su uso como centro educativo, así como residencia de estudiantes hasta que en el año 1993 comenzaron las gestiones municipales para acoger la Escuela Universitaria iniciándose una nueva etapa universitaria desde el curso académico 1996-1997.

En la actualidad se presenta como un edificio aislado, rectangular y severo, siguiendo los modelos del monasterio del Escorial o de la Casa Lonja de Sevilla, actual Archivo de Indias, se relaciona con la Colegiata de la misma localidad. Además de su relación estilística y ubicación en los restos del antiguo castillo, ambas (Universidad y Colegiata) se encuentran situadas en el cerro del Higueral, el más elevado de la población. Sin embargo, todo el cerro en sus orígenes formaba parte de un entramado de calles estrechas y empinadas, y tenía adosado un convento bajo la advocación del Carmen. Posteriormente se convirtió en el Colegio-Seminario del Corpus Christi habitado por niños que acompañaban al Santísimo Sacramento y que estudiaban en la propia universidad. Su fachada principal se abría a la antigua Plaza de la Fortaleza, cerrada en otro de sus lados por el muro que cercaba el viejo alcázar reconvertido en palacio de los Girones. Aquel espacio es hoy un desolado descampado.

Para la construcción de sus partes más importantes como portadas, torreones, claustro,… se emplearon los sillares de canteras cercanas, así como  para el resto de edificios importantes de la localidad. Para el resto del inmueble se empleó tapial, simulando los sillares a través del esgrafiado.

El edificio es un gran prisma cuadrangular rematado en cada una de sus esquinas por torreones: dos cilíndricos en la fachada principal y dos cuadrangulares en las otras dos, ocultas por fortificaciones. Éstas aparecen decoradas en su chapitel con cerámica formando un ajedrezado con tonos azules y blancos, así como en la base del mismo, antes de diversos colores. Las torres aparecen rematadas por una veleta con el escudo de la ciudad.

El edificio tiene en dos plantas y sus paredes carecen de ornamentación, que se reserva únicamente a los vanos de la fachada principal. La portada principal, muy sencilla, presenta un arco de medio punto y pilastras con medias columnas adosadas de orden toscano sobre pedestales. Sobre el sencillo dintel de la portada descansa una hornacina flanqueada por dos pilastras que alberga una imagen de la Virgen con el Niño. Sencilla decoración arquitectónica flanquea cada uno de los vanos de la planta alta de la fachada principal del edificio. Sobre

Desde un vestíbulo amplio techado a base de artesonado, se accede a una capilla u oratorio, así como a la sala de Grados. El oratorio se encuentra a la derecha de la entrada del vestíbulo. Dispone de un coro en alto, accediéndose bajo éste a una nave y un presbiterio cubierto con artesonado pintado al estilo plateresco y con gradas en la zona izquierda de la cabecera.  El retablo fechado en la segunda mitad del siglo XVIII está configurado por siete pinturas de Hernando de Sturmio. El presbiterio se cierra con una verja renacentista de la misma mano que la del sepulcro de los duques de la Colegiata, probablemente del rejero maese Dionis. La sala de Grados, de dimensiones reducidas para su uso, recibe el nombre de Girona en honor al fundador Téllez Girón. Destaca por los frescos que recubren la parte superior de las paredes, atribuyéndose su autoría al conde de Ureña. En los paños laterales aparecen los cuatro Padres de la Iglesia: san Ambrosio, san Agustín, san Jerónimo y san Gregorio, enfrentados a las figuras de los cuatro evangelistas, san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan. En el paño frontero a la puerta, aparece una monumental imagen sedente de la Virgen con el Niño y rodeada de ángeles. Un paisaje italiano dieciochesco muy deteriorado, donde se inscribe la escena del sacrificio de Isaac, sustituye en la actualidad al escudo de los Girones con el que se cerraba la iconografía simbólica de aquel espacio que se movía entre el saber y la devoción. La sala debió tener una sillería de caoba rodeando la sala y en el centro había un sitial de mármol donde se situaba el graduando, hoy desaparecidos.

El interior del edificio aparece articulado por un claustro cuadrado con cuatro galerías que consta de cuerpo bajo con esbeltos arcos de medio punto y cuerpo alto con arcos rebajados. Las columnas compuestas de basa, fuste y capitel de orden dórico realizadas en piedra blanca fueron sustituidas en un total de veinte, por las realizadas por Francisco Blanco, maestro cantero de Estepa, en marzo de 1752. Las esquinas presentan columnas pareadas con idénticos elementos a las mencionadas, que se funden en un único pilar, debiendo ser este un añadido posterior a la época fundacional. La planta alta presenta la misma distribución de columnas, si bien, las basas se sustituyen por pedestales sobre los que se colocan pequeñas y finas columnas sobre las que descansan los arranques de los arcos. Las galerías de ambas plantas presentan sendos arcos en sus esquinas. La solería actual es de mármol blanco con cenefa geométrica gris a su alrededor. En el centro se conserva el brocal labrado de un pozo sobre un aljibe. La sencilla escalera principal lleva hasta la galería superior del claustro sobre la que hay una rica portada labrada en piedra, posiblemente recompuesta en el siglo XVIII.  Está compuesta de un cuerpo apilastrado y cubierta por un tapiz vegetal que soporta un entablamento con tondos situados en las enjutas con las imágenes de san Pedro y san Pablo. Sobre ellos descansa un frontón con una venera con la figura de Cristo, Hércules cristiano.

En un principio, la fachada principal del edificio de la planta alta, estaba ocupada por la biblioteca. Posteriormente se transformó en sala rectoral alta y actualmente es el paraninfo o salón de actos. Cubierto con una armadura está presidido por un dosel rojo con un cuadro de la Purísima Concepción, titular de la institución y flanqueado por dos retratos de los fundadores. Las paredes aparecen decoradas por una galería de retratos de antiguos rectores, hijos ilustres y personajes vinculados a la institución educativa.

Con motivo de la reorganización de la universidad, se restauraron las fachadas exteriores, torreones de las cuatro esquinas y recubrimiento de azulejería vidriada azul. Además, el edificio debió adaptarse a las nuevas normativas para eliminar las barreras arquitectónicas y proteger contra incendios.

Autor: Manuel Antonio Ramos Suárez.

Bibliografía

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IGLESIAS RODRÍGUEZ, Juan José; LEDESMA GÁMEZ, Francisco, La toga y el pergamino: Universidad, conflicto y poderes en la Osuna moderna, Sevilla, Diputación, 2014.

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RUBIO SÁNCHEZ, María Soledad, El Colegio-Universidad de Osuna (Sevilla), 1548-1824, Osuna, Biblioteca Amigos de los Museos de Osuna, 2006.