Francisco Pacheco en su tratado  Arte de la Pintura, su antigüedad y grandezas, escrito en la primera mitad del siglo XVII, destacaba del pintor flamenco afincado en Sevilla Pieter Kempeneer, conocido como Pedro de Campaña (1503-c.1580), que dominaba el dibujo y las matemáticas. Bien es cierto que en los años en que estuvo afincado en Sevilla, desde 1537 hasta 1563, tenemos documentada su colaboración con el entallador Pedro de Becerril, el pintor Antonio de Arfián, entre otros artistas un aspecto que no podemos pasar por alto cuando se alude al volumen de obras realizadas por Pedro de Campaña en España.

A día de hoy, la producción plástica de Pedro de Campaña está presente en la Galería de los Uffizi, Museo Nacional del Prado, Museo de Berlín; así como en espacios culturales y colecciones privadas de Barcelona, Valencia, León y Gijón, entre otros. Las obras de Pedro de Campaña que pueden ser contempladas en colecciones públicas de Andalucía justifican su valor histórico-artístico desde el momento en que comprobamos que sirvieron como referente para Francisco Pacheco y Murillo, este es el caso del Descendimiento de la Cruz para la Santa Cruz de Sevilla (1555), realizada bajo encargo para Fernando de Jaén. El valor histórico-artístico de la producción de Pedro de Campaña también se justifica desde el momento en que el profesor Serrera viene documentando el análisis de esquemas compositivos de obras de Rafael Sanzio así como el uso de grabados de Durero, como fuentes documentales referenciadas en la pintura de Pedro de Campaña.

La pintura de Pedro de Campaña en Andalucía nos permiten apreciar una primera etapa de clara impronta flamenca, que a juicio del catedrático Alfonso Pérez Sánchez influyó decididamente sobre la pintura de Francisco Pacheco; en este sentido destacamos la pintura sobre tabla San Jerónimo penitente (1534-1600) del Museo de Bellas Artes de Sevilla -se trata de una atribución a Pedro de Campaña-. Frente a esta primera etapa, en la que el pintor se esfuerza por conseguir la verosimilitud en sus escenas para ello describe con gran detallismo, en una segunda etapa se identifica un lenguaje manierista que define la mayor parte de su pintura. En esta segunda línea destaca la Purificación de la Virgen y los retratos del Mariscal de la isla La Española, Diego Caballero, su esposa Leonor de Cabrera, su hijo y del matrimonio de doña Mencía de Cabrera y don Alonso Caballero, hermanos y cuñados de los patronos de esta capilla (Catedral de Sevilla, 1553-1555); en este retablo también merece interés artístico la tabla central del cuerpo principal donde se representa en este retablo está documentada la colaboración de Antonio Alfian. Así mismo, también se tiene noticia de la colaboración de Pedro de Campaña con otros pintores para la realización del Retablo Mayor con escenas sobre la vida de Santa Ana, San Joaquín y la Virgen de la Parroquia de Santa Ana en Triana (1557, Sevilla), en este retablo ofrece especial interés la tabla en la que se representa Santiago en la Batalla de Clavijo; el Descendimiento de la Cruz (1547) en la Catedral de Sevilla; Descendimiento de la Cruz para la Iglesia de la Santa Cruz de Sevilla (1555), realizada bajo encargo para Fernando de Jaén; tablas de San Antonio y San Pablo para la Iglesia de San Isidoro en Sevilla. Entre las obras de Pedro de Campaña catalogadas en colecciones de museos, son de gran interés San Jerónimo penitente (Museo de Bellas Artes de Sevilla) anteriormente mencionada, así como Jesús descendiendo de la cruz (Museo de Bellas Artes de Cádiz) y la Presentación de Cristo al pueblo (Museo de Bellas Artes de Córdoba). Entre las atribuciones destacan el Tríptico del Calvario en la Iglesia de San Bartolomé (Carmona, Sevilla).

El valor artístico de la pintura de Pedro de Campaña se justifica a través de paisajes y arquitecturas diseñados conforme a las teorías enunciadas en Italia en el siglo XV. Por tanto, la obra de Pedro de Campaña ofrece interés compositivo, consigue fingir la tridimensionalidad de la escena representada, un ejemplo lo encontramos en Jesús descendiendo de la cruz (Museo de Bellas Artes de Cádiz); pero su capacidad creativa no se limitó a la pintura sino que también consagró logros en la escultura y arquitectura. Este segundo ámbito nos sitúa en su trabajo para retablos. Si nos viésemos en la necesidad de definir la producción de Pedro de Campaña conforme a un estilo, entonces subrayaríamos que en su pintura está especialmente presente el Manierismo desde el momento en que se decanta por representar personajes con gran componente expresivo, en actitudes de forzados movimientos que le permiten introducir el alarde que supone representar una anatomía que describe una línea serpentinata o forma en “s”. Así mismo la luz juega un papel preciso en estas escenas, tiene un valor argumental o expresivo antes que sumar naturalismo a la escena. La luz en la pintura de Pedro de Campaña no es naturalista no contribuye en la verosimilitud de la escena sino que da pié a argumentaciones, reflexiones sobre lo que acontece. Estos rasgos de la pintura de Pedro de Campaña se han venido explicando bajo la influencia del manierismo que conoció durante su estancia en Roma.

Autora: Aurora Arjones Fernández

Bibliografía

Pedro Campaña en el Año Velázquez, IAPH.

ALGARÍN González, Ignacio, “Nuevas visiones y aportaciones en la pintura ‘La Batalla de Clavijo’ de la Iglesia de Santiago el Viejo de Sevilla”, Laboratorio de Arte, nº27, 2015, pp. 145-172

Pedro Campaña en el Retablo de Triana. Restauración del IAPH. 

PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso, Pintura barroca en España (1600-1750), Edición actualizada por Benito Navarrete Prieto, Madrid, Cátedra, 2010.

VILLANUEVA ROMERO, Eva; MAGDALENO GRANJA, Rocío; REY PÉREZ, Julia; FERNÁNDEZ MEDINA, Mª Isabel, “Retablo de la Purificación de la Virgen. Catedral de Sevilla”, Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, nº64, noviembre 2007, pp. 122-145.