Natural de Kilkenny (Irlanda), nació en 1705. Hijo de Miguel Langton y Leonor Roth, llegó a España en 1724, tras huir de su país debido a la persecución religiosa que sufrían los irlandeses católicos desde 1690. Presentó en su momento documentos y acreditaciones para ser recibido en la ciudad de Cádiz como noble. Así obtuvo su hidalguía tras aportar su árbol genealógico remontándose hasta 15 generaciones atrás en 1769  y se le concedió “la Real Cédula concediendo la Naturaleza  de estos Reynos a efectos de comerciar a las Yndias” en 1771. Se casó en 1736 con Francisca Careu Sánchez de Silveira, hija del comerciante irlandés Lorenzo Careu, quien otorgó a su hija una dote de 20.000 pesos. Sobrevivieron seis hijos: Miguel, Serafina, Lorenzo, María del Carmen, Josepha y Nicolás, aunque Lorenzo falleció a la edad de 17 años. En la ciudad de Cádiz la casa familiar y dependencias del negocio estaba situada en el barrio del Pilar, uno de los barrios donde se concentraba la burguesía mercantil gaditana y donde ejercía de comisario el irlandés Bartholomé Valois.

La boda del primogénito Miguel con María Elena Wadding, perteneciente a una relevante familia irlandesa dedicada al comercio y afincada en Huelva, fue concertada entre los padres de los contrayentes, como ocurría en multitud de ocasiones, con el fin de preservar los negocios y mantenerlos dentro del ámbito familiar. Al fallecer ésta contrajo matrimonio con María Dillon. Miguel, ante la situación política de principios del siglo XIX con multitud de conflictos bélicos acechando y afectando al comercio de ultramar, hizo que su mujer y algunos de sus hijos se trasladaran al suroeste de Inglaterra, a la población de Bath, cercana al puerto de Bristol, que tenía un gran tráfico marítimo. Él permaneció en la capital gaditana donde falleció en 1810.

Seraphina casó con Miguel de Soto (Sutton), conde de Clonard, natural de Waterford (Irlanda) y María del Carmen con el también irlandés Thomas Walsh, a quien diagnosticaron una enfermedad mental poco después de haber contraído matrimonio; su suegro sufragó los gastos de su internamiento en un hospital de Londres entre 1763 y 1773  y, posteriormente, en uno de Zaragoza. María del Carmen, al morir su abuelo, Lorenzo Careu, recibió 239.501 reales de plata antigua, montante que legalmente tuvo como destino las arcas de su progenitor, quien mantuvo a su hija en la casa familiar durante el tiempo que su marido se encontraba ingresado en las distintas instituciones hospitalarias. Una vez fallecida María del Carmen, Langton continuó financiando el tratamiento de su yerno e incluso expresó en su testamento que 10.000 pesos fueran  colocados en la Casa de Comercio a un interés del 4% y que la renta anual que esto produjera fuera para socorro, manutención y curación de su yerno Thomas Walsh. Su hija Josepha contrajo nupcias con Eduardo Murphy, su primo, una vez obtenida la correspondiente licencia matrimonial. El hijo menor, Nicolás Joseph, siguió la carrera eclesiástica; para ello su padre le asignó una renta de 500 pesos al año, fruto del arrendamiento de una casa en la Alameda de la ciudad.

Nicolás Langton tuvo compañía con su suegro, Lorenzo Careu y con Tomás Power, sobrino del primero, desde 1745. Aunque en principio la fundaron por un periodo de tres años la mantuvieron hasta 1762. Los beneficios que generaba la compañía no se repartían por igual: Careu y Langton recibían 2/5s partes y Power, 1/5. Esta diferenciación ya quedaba patente en una de las cláusulas de la compañía en la que se especificaba que para los gastos domésticos y manutenciones de los socios se entregaría de la caja de la compañía anualmente 3.000 pesos a Lorenzo Careu, 2.000 a Nicolás Langton y 1.000 a Tomás Power. En el documento de disolución de la Compañía titulada  “Careu, Langton y Power” también se especifica la imposibilidad por parte de dichos socios y de sus herederos de “examinar y reconocer nuevamente dichos libros y papeles de la casa y sólo podrían pretender el examen y reconocimiento del balance […] para evitar confusión en el futuro […]”. Cuando falleció Careu, Langton tuvo compañía con su hijo Miguel desde 1775, aunque el padre quedó relevado de la asistencia diaria al escritorio y despacho de negocios por la frecuencia con que le era necesario ausentarse de la ciudad y marchar a otros lugares debido a sus problemas de salud. Forman parte asimismo del negocio aunque como socios auxiliares llevando los libros, las ventas, las compras y la correspondencia Eduardo Murphy, yerno, Edmundo Galvally y Miguel Langton Sexton, primos.

Entre sus propiedades se encontraban cinco casas en Cádiz capital, otra en la isla de León (actual San Fernando), una salina en Puerto Real, alhajas de oro, plata labrada, muebles, pinturas, etcétera. Todo ello supone un montante de 1.947.599 reales y 3 cuartos de plata. Entre sus donaciones, tras su fallecimiento, destacan al Hospital de San Juan de Dios, al de Nuestra Sra. Del Carmen, a la Casa Hospicio de la Santa Caridad, a la Casa de Niños Expósitos, Casa de Recogidas, pobres, … todo ello hace que el importe de la “baxas” sea  de 229.549 reales y 12 cuartos. Tras descontar todas estas donaciones y pagos a acreedores y gastos como su propio entierro, el importe de las “baxas” es  229.549 reales y 12 cuartos. Por tanto, el  montante a repartir es de 1.718.049. Cada heredero, Miguel, Serafina, Josepha y Nicolás  recibe 429.512 reales. Nicolás Langton falleció el 6 de agosto de 1779.

Autora: María del Carmen Lario Oñate

Bibliografía

LARIO DE OÑATE, M. Carmen, La colonia mercantil británica e irlandesa en Cádiz a finales del siglo XVIII. Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 2000.

MÁRQUEZ CARMONA, Lourdes, La memoria de los irlandeses; Cádiz y la familia Butler, Ed. Círculo Rojo, 2015.