El que sería uno de los obispos de Córdoba más conocidos del siglo XVI parece haber nacido en los Países Bajos, entre 1504 y 1505. Fue uno de los muchos hijos ilegítimos engendrados por el emperador Maximiliano de Austria. Probablemente su madre fuera Anna von Helfenstein, amante de su padre por aquel entonces y madre de varios de los hijos del emperador, entre ellos Jorge de Austria, futuro príncipe-obispo de Lieja.

En la década de 1530 encontramos a ambos hermanos residiendo en España. Leopoldo de Austria ocupaba desde 1536 la plaza de rector de la Universidad de Salamanca; dos años después su hermano Jorge era nombrado arzobispo de Valencia. Él fue asimismo ordenado obispo en 1541 para ocupar la que se consideraba entonces la cuarta diócesis más rica de Castilla: Córdoba.

Su pontificado en la sede andaluza estuvo marcado por el enfrentamiento con el cabildo catedralicio y, en especial, con el deán don Juan Fernández de Córdoba. Las tensiones ya existentes se agravaron por el deseo del obispo de controlar provisiones de beneficios contra los intereses de los capitulares. Consiguió situar a varios de sus criados y hombres de confianza en prebendas vacantes, estableciendo así una facción leal a él en la catedral. El enfrentamiento terminó por hacer necesaria la intervención directa de su sobrino Carlos V en 1545.

Un año después, encontramos al obispo prestando al emperador 5.000 ducados para la lucha contra la liga protestante de Esmalcalda, a la que derrotaría en la batalla de Mühlberg en 1547. El préstamo no le fue devuelto, por lo que en 1552 hizo oídos sordos a la solicitud de otros 15.000 ducados para las guerras en Alemania. Tampoco llegó a participar en la primera fase del Concilio de Trento (1545-1563): inició viaje hacia Italia, pero enfermó y decidió regresar. Desconocemos la fecha exacta de su vuelta, pero sabemos que pasó el otoño de 1550 en la corte, tal vez acompañando a su sobrina nieta, la archiduquesa doña María de Austria, quien gobernaba España en ausencia del monarca.

Obispo y deán representaron en aquellos años el papel de grandes señores eclesiásticos. Esto los hizo protagonistas de no pocas de las anécdotas y leyendas transmitidas durante décadas, algunas de las cuales recogió en el siglo XVII el autor de Casos notables de la ciudad de Córdoba. Las elevadas rentas del obispado permitieron a don Leopoldo mantener un tren de vida acorde a su estado y linaje. Amplió y acotó la finca conocida aun hoy como Alameda del Obispo, en la margen derecha del Guadalquivir. La fama de este palacete de recreo adornado de pavos reales y otras aves, paseos arbolados, coto de caza y una espectacular yeguada que allí criaba era notoria dentro y fuera de la ciudad. Llevó a cabo asimismo diversas intervenciones arquitectónicas en la catedral, el palacio episcopal y diversas parroquias del obispado, como la de San Pedro, que aún conserva sus escudos de armas en la fachada.

Fruto de sus relaciones con doña Catalina Aspert tuvo por hijo a Maximiliano de Austria, bautizado en la parroquia de San Lorenzo de Jaén el 25 de julio de 1555. Don Maximiliano sería nombrado abad de Alcalá la Real y, más tarde, obispo de Cádiz y arzobispo de Santiago. Para salvaguarda de su vástago, don Leopoldo quiso llevar a cabo la compra de la villa cordobesa de Fuenteovejuna. Adelantó por ello a la corona cien mil ducados del precio total de venta en 1557.

El verano de ese mismo año visitó a su sobrino el emperador, retirado en el monasterio de Yuste. Quizá allí contrajo las fiebres (¿paludismo?) que le obligaron a detener su marcha unos días después en Villanueva de la Serena, donde falleció el 28 de septiembre. En su testamento, otorgado el día anterior, dejaba el señorío de Fuenteovejuna a su hijo. El Consejo de Hacienda, no obstante, daría la venta por nula y por incapaz al supuesto heredero. En enero de 1558 el cadáver de don Leopoldo de Austria fue trasladado a su sepultura en el crucero de la catedral de Córdoba, donde se conserva su lápida y blasón.

Autor: Antonio J. Díaz Rodríguez

Bibliografía

ARANDA DONCEL, Juan, “La familia del Emperador: Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba (1541-1557)”, en RIVERO RODRÍGUEZ, Manuel y ÁLVAREZ-OSSORIO ALVARIÑO, Antonio (coords.), Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), Madrid, 2001, vol. II, pp. 403-424.

GÓMEZ BRAVO, Juan, Catálogo de los obispos de Córdoba, Córdoba, 1778.

JUAN LOVERA, Carmen y MURCIA CANO, María Teresa, “Jaén y don Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba, un testamento ejemplar”, Boletín Instituto de Estudios Giennenses, 198, 2008, pp. 251-288.