Ayamonte disfrutó durante la Edad Moderna de un caladero diverso en especies marinas y generoso en volúmenes de capturas en algunas especies como el atún y la sardina. El Diccionario Geográfico de Tomás López relaciona 122 especies entre peces, crustáceos, anfibios y otros animales, y un manuscrito anónimo conservado en la Real Biblioteca (Palacio Real de Madrid) eleva la cifra a 144. La zona también disponía de salinas, las conocidas por salinas del Borrazal y de Calleja, ambas en el estero de la Nao, que hasta mediados del siglo XVI fueron administradas por la casa señorial de Ayamonte. La actividad pesquera llegó a ser tan importante en el puerto ayamontino que en muchas ocasiones se recurrió de manera ilegal a la sal portuguesa para la salazón  del pescado. En el siglo XVIII la administración encargó un proyecto para al construcción de unas nuevas salinas en la zona conocida en Ayamonte como el Salón, zona de marismas situada al sur de la villa.

Las embarcaciones que faenaron en esta costa onubense fueron fundamentalmente las jábegas que se dedicaron a la pesca de la sardina, en el siglo XVIII se llegó a fundar una compañía que agrupó a la mayoría de los armadores de jábegas locales. El atún fue pescado con almadrabas que se calaban en esta costa occidental conocida como Costa de las Cabezas. La almadraba del Terrón, que pescaba del derecho y del revés, estuvo controlada por la Casa Ducal de Medina Sidonia. La liberalización de la pesca en el siglo XIX permitió la instalación de nuevos artes atuneros en la zona, siendo el más destacado la almadraba conocida por el nombre de Reina Regente cuyas capturas inmortalizó Joaquín Sorolla en su obra La pesca del atún (1919).

La pesca y las actividades relacionadas con ella como la construcción naval tuvieron, por tanto, en el puerto de Ayamonte a un destacado exponente durante la Edad Moderna. Todas las actividades pesqueras en general se desarrollaron bajo el condicionante de  los privilegios señoriales que disfrutaban tanto el Marquesado de Ayamonte como la Casa Ducal de Medina Sidonia. La llegada del siglo XVIII trajo consigo la aparición de técnicas pesqueras novedosas como el arte bous y una gestión económica nueva para el sector,  ambas más vinculadas a un capitalismo inicial y al principio de libertad de empresa. No obstante, en el contexto general del Antiguo Régimen, tanto por los privilegios señoriales mencionados como también por el control de la Corona sobre recursos imprescindibles como la sal, no permitió una utilización libre y universal del medio marino por parte de las poblaciones del litoral onubense hasta bien entrado el siglo XIX.

La actividad pesquera no estuvo exenta de conflictos, unas veces entre los propios actores del sector, entre estados ya que conflictos de intereses entre España y Portugal por los caladeros fueron frecuentes y también hubo una importante polémica medioambiental por la introducción en la zona, procedente del levante peninsular, de artes arrastreros muy dañinos para los fondos marinos.

La sociedad marinera del Antiguo Régimen ayamontino ha dejado su impronta en el patrimonio arquitectónico de Ayamonte, ya que  todavía se conserva la ermita de San Antonio, construida en el siglo XVI, en cuyo atrio se celebraban las reuniones del gremio de marineros de Ayamonte. Su interior todavía está decorado con motivos marineros.

Autor: Antonio Manuel González Díaz

Bibliografía

GARCÍA DEL HOYO, Juan José, Liberalización y sobreexplotación pesquera en la Andalucía Atlántica de la primera mitad del siglo XIX, Huelva, Universidad de Huelva, 2002.

GONZÁLEZ DÍAZ, Antonio Manuel, La pesca en Ayamonte durante la Edad Moderna, Huelva, Universidad de Huelva Publicaciones, 2011.