Esteban Gabriel Merino era natural de Santisteban del Puerto, donde debió de nacer a inicios de la década de los años 70 del siglo XV. Era hijo de Alonso Merino y Mayor de Amorcuende y Merino, oriundos de León, quienes habían llegado a tierras giennenses para prestar servicios militares en la frontera con el reino de Granada.

Su carrera eclesiástica no se puede entender sin su paso por Roma, donde se dirigió como muchos clérigos coetáneos del momento, y que sin duda resultó una etapa decisiva en su trayectoria. En la Ciudad Eterna, y al cobijo del cardenal Colonna, pasó a formar parte de la curia papal, en cuyo seno ostentó los títulos de escritor de letras apostólicas y familiar del papa.

En sus primeros años en la corte romana, ejerció, además, una activa labor como diplomático durante los pontificados de Julio II (1503-1513) y León X (1513-1521) ante Fernando el Católico. Paralelamente fueron años en los que obtuvo diversos beneficios eclesiásticos radicados en su diócesis natal –caso de varios radicados en Baños, Arjonilla, Otíñar e Iznatoraf-, así como consiguió diversos prioratos, establecidos, igualmente, en el obispado de Jaén, obteniendo un priorato en La Guardia, tres en Arjona y dos en Santisteban del Puerto. Este periplo alcanzó su cénit con su nombramiento como canónigo y arcediano de la catedral de Baeza.

El 9 de mayo de 1513 fue designado obispo de Bari, título que le permitió participar en el V concilio de Letrán (1513-1517). Y casi al mismo tiempo, en 1516, fue nombrado obispo de León. En 1520 regresó a la península ibérica, donde se posicionó activamente a favor de Carlos V en la guerra de las Comunidades.

Apenas tres años después, fue elegido obispo de Jaén, diócesis que regiría hasta su muerte en 1535, aunque en la que únicamente ejerció la residencia entre 1525 y 1529. En sus años de episcopado destacó por reimpulsar las labores constructivas de la catedral de Jaén, que habían sufrido unos años de paralización, así como por promover diversas medidas reformistas, siguiendo, por tanto, la estela iniciada por su predecesor don Alonso Suárez (1500-1520).

La década de los años veinte resultó, de hecho, notable para Merino, tanto en el seno de la curia papal, donde fue responsabilizado en tiempos de Adriano VI (1522-1523) para acometer varias misiones diplomáticas ante Francisco I; como en la corte de Carlos V, donde, además de ser nombrado consejero de Estado en 1529, fue nombrado proveedor general de la armada para acompañar al monarca en la ceremonia de su coronación imperial en Bolonia, acaecida en 1530.

Muestra de su cercanía al emperador fue la mediación de este para conseguir a su favor un capelo cardenalicio. Petición fallida en un primer momento, aunque en su lugar, le fue otorgado el título de patriarca de las Indias Occidentales, cargo de gran relevancia y significación en el seno de la Monarquía Hispánica.

Signo elocuente de esa proximidad con Carlos V fue también el hecho de que acompañara al soberano en sus desplazamientos por Flandes y Alemania con posterioridad a su coronación, al igual que hizo Francisco de los Cobos. La personalidad de Merino adquiría, de este modo, un rol no solo meramente como eclesiástico, sino también como consejero político. Finalmente, en 1533, obtuvo el título de cardenal de San Vidal.

Esteban Gabriel Merino falleció en Roma, el 28 de julio de 1535, siendo enterrado en la iglesia de Santiago de los Españoles, punto de encuentro para los castellanos en la Ciudad Eterna. Hoy en día, aún se puede contemplar su lápida en la iglesia de Montserrat, donde fue trasladada, junto a otras sepulturas existentes en la iglesia nacional castellana, al cerrar esta sus puertas en el siglo XIX.

Autora: María Amparo López Arandia

Bibliografía

CABALLERO VENZALÁ, Manuel, “El cardenal Esteban Gabriel Merino, arzobispo de Bari y obispo de Jaén (1472?-1535)”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, 44, 1965, pp. 21-100.

MARTÍNEZ ROJAS, Francisco Juan, Aproximación a la Historia de la Iglesia en Jaén, Obispado de Jaén, Jaén, 1999, pp. 95-96.

MARTÍNEZ ROJAS, Francisco Juan, “Anotaciones al episcopologio giennense de los siglos XV y XVI”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, 177, 2001, pp. 322-336.

MARTÍNEZ ROJAS, Francisco Juan, “La Iglesia en Jaén durante los siglos XVI-XVIII: entre las reformas y la decadencia”, en NIETO CUMPLIDO, Manuel (coord.), Historia de las diócesis españolas. 8.- Iglesias de Córdoba y Jaén, Madrid-Córdoba, Biblioteca de Autores Cristianos-Servicio de Publicaciones de Cajasur, 2003, pp. 258-259.