El dominico Fray Bartolomé de Las Casas es uno de los personajes históricos más conocidos por sus ataques hacia la servidumbre y esclavitud a la que los españoles sometieron a los indios desde comienzos de la conquista. Gracias a sus continuas denuncias y sus numerosos escritos dirigidos a los reyes Carlos V y a Felipe II, el indio fue liberado de la esclavitud, sobre todo, a partir de las Leyes Nuevas de 1542. No obstante, la necesidad de mano de obra para cubrir los trabajos más pesados que los indios habían estado realizando, propició que Las Casas aconsejara llevar población africana desde sus primeras estancias en Indias. Dicha población acabaría siendo el motor de la esclavitud en América. Tanto la defensa de los indios como sus consejos sobre los africanos le han valido ser considerado uno de los promotores de Leyenda Negra española. Aunque es necesario tener en cuenta que antes de que la población africana fuera asociada con la esclavitud, muchos de ellos tuvieron una importante labor como soldados y expedicionarios, de Hernán Cortés en México y de Francisco Pizarro en Perú; gozaron del status de libertos y formaron pueblos libres en varios de los virreinatos americanos a lo largo de la etapa colonial.
Dentro de los numerosos estudios que investigan sobre el poliédrico Bartolomé de Las Casas, ha tenido poca repercusión su defensa, aunque tardía, sobre la esclavitud de los negros en América. Parece ser que el punto de inflexión se produjo durante una breve estancia que realizó a Lisboa en 1547 -la capital de la trata de esclavos-, donde pudo observar la realidad de los negros, embarcados como esclavos rumbo a América. Sin embargo, algunos estudios apuntan a que su cambio de opinión se produjo por el encuentro con un esclavo negro, Pedro Carmona, al que aconsejó que se quejara al rey porque había sido vendido nuevamente como esclavo, después de que había conseguido su libertad y la de su mujer. Esto último muestra que el valor del pensamiento sobre la esclavitud de Las Casas residió en utilizar sus propias experiencias vitales en la defensa de los grupos sociales más desfavorecidos y oprimidos. De ahí que haya sido considerado, más allá de cualquier leyenda, el precursor en la defensa de los derechos humanos.
La experiencia de Bartolomé de Las Casas como gran defensor de los indios fue determinante en su cambio de opinión sobre la esclavitud de los negros. En su viaje de 1547 a Lisboa, pudo observar como los portugueses desde finales del siglo XV, habían desarrollado el sistema de esclavitud de plantación dedicada a la industria del azúcar, con población predominantemente africana en las islas atlánticas de las Azores, Cabo Verde y Madeira. Este fue el modelo que la corona castellana adoptaría progresivamente en América. Por ello, Bartolomé de Las Casas siguió la idea de Francisco de Vitoria sobre el sufrimiento del cautiverio de los africanos, engañados -en muchos casos por los propios miembros de la sociedad local africana y los comerciantes europeos- que los capturaban y trasladaban a Europa y después a América. Para Vitoria ese sufrimiento del cautivo africano era entendido como una apelación a la responsabilidad de la piedad cristiana.
Por ello, Bartolomé de Las Casas introdujo once capítulos al libro de su Historia de las Indias en los que denunció las tropelías, el sometimiento a la esclavitud y la muerte, tanto de los indios guanches de las Islas Canarias como de los negros africanos. Para Las Casas, los negros tenían los mismos derechos que los indios y en sus páginas sobre África protestó por las expoliaciones «contra los moradores de aquellas tierras, inocentes para con ellos, fuesen moros o indios, o negros o árabes.» Bartolomé de Las Casas amplió el marco de derechos que había defendido sobre los indios hacia otras etnias, basándose en la tradición del Derecho Canónico europeo que aplicaba una protección especial a los grupos más desvalidos. Aunque para Las Casas no se trataba de personas débiles o inferiores humanamente, sino de la responsabilidad de la Iglesia hacia los pobres como preferidos de Dios.
Esta política no solo consistía en la teoría de ser piadoso, caritativo y evangelizar pacíficamente. Sino que era el resultado de la injusticia con que habían sido tratados, primero los indios y después los negros, durante el proceso de conquista y colonización americana. Primero por los largos y extenuantes viajes trasatlánticos en el que los africanos apenas eran bien tratados y muchos de ellos morían antes de llegar a sus destinos. Segundo, los negros sustituyeron –aunque no siempre- a los indios en el trabajo compulsivo en las minas y obrajes como esclavos, en ingenios y trapiches azucareros. Por todo ello Las Casas entendía la pobreza como la opresión de la esclavitud, que también iba en contra de las sagradas escrituras. Por lo tanto, cualquiera que sufriera alguna injusticia, independientemente de su color o etnia, era un pobre de Cristo.
A pesar de los alegatos de Las Casas por defender a los africanos en la misma forma que a los indios, ya era demasiado tarde. Desde que en 1580 hasta 1640, la corona de Castilla se uniera con la de Portugal, el tráfico de esclavos africanos hacia la América española aumentó considerablemente. Por otro lado, desde la segunda mitad del siglo XVI, el aumento de rebeliones de esclavos africanos contra su sometimiento, creó una imagen muy negativa sobre la población negra en Nueva España y otros territorios de la América española. Todo ello confluyó para que aumentaran las posiciones ideológicas favorables a la esclavitud de los negros africanos. Aunque en todo ello primaron también los innegables intereses económicos que la incipiente industria azucarera americana obtenía de la mano de obra esclava africana.
Si bien Bartolomé de las Casas fue un innovador en su tiempo por la defensa de los indios, también debe ponerse en valor su arrepentimiento sobre su propuesta de llevar población africana a América. Aunque no consiguiera que su defensa sobre los esclavos negros trascendiera mucho más allá. Las ideas de Las Casas serían desarrolladas en el siglo XVII por destacados pensadores como Fray Epifanio de Moirans y Fray Francisco de Jaca, considerados como los primeros abolicionistas de la esclavitud de los negros en América.

Autora: Magdalena Díaz Hernández

Bibliografía

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LAS CASAS, Bartolomé, Brevísima relación de la destrucción de África. Preludio de la destrucción de las Indias: primera defensa de los guanches y negros contra su esclavización, Editorial San Esteban/Instituto Bartolomé de las Casas, Salamanca-Lima, 1989.

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MENDEZ ALONSO, Manuel, “From slave driver to abolitionist: Bartolomé de Las Casas on Africanslavery”, Patristica et Mediaevalia, XXXVI, 2015, pp.17-28.