Diego Antonio de Mora López fue el último de los miembros de la saga de escultores conformada por Bernardo Francisco de Mora Ginarte y sus hijos José, Bernardo y Diego.

Bautizado el 30 de noviembre de 1658, Diego de Mora compendiaba en sí la doble genética de artistas. Por un lado, la paterna, con la figura de su padre y de su primo, también Diego de Mora. Por otro la heredada por su madre, Damiana López Criado y Mena, hija del escultor y retablista bastetano Cecilio López, sobrina y prima de Alonso y Pedro de Mena, respectivamente.

En 1682 contrae matrimonio con Ana de Soto y Estremera. La unión se llevó a cabo en secreto ante la oposición de la familia del escultor. El matrimonio afincó su residencia en la casa-taller familiar de los Mora, una vez muerto el patriarca, junto al compás del convento de Santa Isabel la Real. Junto a esta tenía casa y taller su hermano Bernardo, con quien Diego de Mora mantenía gran unión. El matrimonio, sin hijos, acogió en su hogar a Francisca Ruiz Velázquez y Aibar al fallecimiento de los padres de esta, amigos del escultor. La joven fue tratada como la hija que les negó la naturaleza, y como tal respondió a sus nuevos padres. Atendió a Diego de Mora desde su viudez, en 1610, hasta su muerte el 16 de enero de 1729.

Su formación artística se llevó a cabo en el taller de su padre, instaurado en Granada hacia una década antes, procedente de Baza. En el mismo recibió también la maestría de su hermano mayor, el genial José de Mora. Estas dos vías de influencia artística marcan las dos primeras etapas del menor de los Mora, siendo una tercera la que alcanza hasta el final de sus días con una concreción de su estilo propio. En este último periodo, desarrollado en paralelo con el siglo XVIII, demuestra Diego de Mora una evolución desde formas más rotundas hacia un modelado más suave y elegante.

Su obra manifiesta patentes influencias de otros escultores, recogiendo la herencia de la escuela granadina de escultura desarrollada a lo largo del XVII. De éstos destacan principalmente Alonso de Mena y Alonso Cano. También parece plasmar en sus tallas, de manera puntual, algunos de los grafismos de Pedro Duque Cornejo, tanto en composición como en policromía. De igual modo, el arte de la pintura deja su huella en las creaciones de Diego de Mora a través de las soluciones adoptadas para componer sus figuras: giros, inclinaciones, cabelleras, volúmenes y disposición de paños. A Juan de Sevilla, Bocanegra o Cano se unen los nombres de Claudio Coello o Carreño de Miranda, junto a los de diversos grabadores de cuyas obras bebe nuestro artista para conformar diversas soluciones plásticas.

El proceso visto se compendia en una serie de características que erigen en propias de la producción escultórica de Diego Antonio de Mora López. Tipos corporales esbeltos. Rostros estilizados, de estructura ósea marcada, nariz larga y fina; ojos grandes y lacrimosos en cuencas orbitales de amplio hundimiento. Boca pequeña que suele aparecer entreabierta dejando visible un interior bien trabajado, con labios finos de marcado perfil. El trabajo detallista de la epidermis, con venas y tendones en relieve, el trabajo realista en los cabellos y el dinamismo otorgado a los paños hacen de Diego de Mora un perfecto observador y materializador del natural.

A lo largo de su dilatada carrera artística trabajó diversos tipos iconográficos, destacando entre ellos el de Jesús Nazareno, con unas características propias que lo convierten en el prototipo de Jesús con la cruz al hombro por excelencia de la escuela granadina de escultura, especialmente por el diálogo tan personal que establece de los brazos con la cruz y la expresión de los rostros. También se debe destacar el modelo de la Virgen de la Aurora entronizada, de gran difusión en el entorno de los Mora.

Autor: Isaac Palomino Ruiz

Bibliografía

LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Juan Jesús, José de Mora, Granada, Editorial Comares, Col. Biografías granadinas, 2000.

Imágenes elocuentes. Estudios sobre patrimonio escultórico, Granada, Atrio, 2009.

GILA MEDINA, Lázaro y LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Juan Jesús. “La proyección de los talleres artísticos del Barroco granadino. Novedades sobre la saga de los Mora”, Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 5, 2004, pp. 63-79.

PALOMINO RUIZ, Isaac, “La imagen de Jesús Nazareno de Béznar. Documentando los inicios de Diego de Mora”, Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 45 2014, pp. 101-112.