Clausura del Máster en Comunicación Social 2014

Discurso pronunciado por Dña. Yuri Cárdenas en representación de los estudiantes en el acto de clausura del Máster en Comunicación Social

Profesor Javier García González, decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería.

Profesor Manuel López Muñoz, director del Centro de Investigación «Comunicación y Sociedad». 10479688_10203474476118090_1376904996322490333_n

Profesor Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz, coordinador del Máster en Comunicación Social de esta Universidad

Estimados profesores que nos acompañan,

Amigos y familiares todos,

Queridos compañeros y compañeras,

 Lo logramos.

Hoy nos graduamos del Máster en Comunicación Social. Y me parece que todos nos hemos encontrado en esa misma situación cuando la gente nos pregunta qué estudiamos y al oír nuestra respuesta vuelven a preguntar, ¿y qué es eso?

Es por eso que me gustaría provechar la ocasión para expresarle a toda la gente presente, lo que es, lo que significa –desde mi punto de vista- ser un comunicador social.

Un comunicador es un portador de información, un difusor de acontecimientos cotidianos y trascendentes, un transmisor, sí. Pero un comunicador social va más allá de eso, es un portavoz, un informador que se involucra con aquello que informa, que conoce bien su realidad, que la entiende; un comunicador social es un profesional de la información con conciencia, con ética, con responsabilidad, con humanidad.

Vivimos en una era de la información, pero también en una era de la sobreinformación. El siglo XXI nos trae consigo un tiempo en el que la gente cada vez exige mayor transparencia, más información y mejores informadores.

La realidad que países como España, como México, como Marruecos, viven hoy en día, es una de desempleo y falta de oportunidades, de gobiernos ineficientes y políticas anacrónicas, de minorías discriminadas, de racismo, de sectarismo, de intolerancia, de ignorancia.

La gente necesita informarse de todo aquello que está mal para poder corregirlo, la gente necesita verse a sí misma en el espejo de la información y la opinión pública para darse cuenta de lo que es necesario cambiar.

La gente necesita saber más de su historia para entender su presente, y necesita saber más y mejor lo que sucede en su presente para poder cambiar su futuro. Y eso, sólo lo puede hacer si tiene como aliados a los comunicadores.

El comunicador social del nuevo milenio debe ser un hombre, una mujer de ideales, de compromisos y de mente abierta. Debe ser una persona que ame a sus congéneres, que sea amable y respetuosa, que sea firme y no se deje vencer por el poder, por el dinero, o por el fracaso.

La era de la información convierte a los comunicadores en piezas clave para la construcción de las sociedades del futuro. Está en nuestras manos, y no exagero al decirlo, la oportunidad de transformar la realidad de las naciones, al transformar la visión de sus ciudadanos. Ese es el poder de la comunicación, el poder del cambio.

Queridos compañeros,

Aunque hoy termina este periodo, y nuevas aventuras están esperándonos, siempre tendremos los buenos recuerdos compartidos en esta Universidad, en este año académico.

Parece que fue ayer cuando nos encontramos por primera vez en este mismo edificio, cuando tuvimos nuestra primera clase con el Profesor Jesús Baca y nuestra cabeza quedó tan llena de ideas y reflexiones después de la primera sesión que algunos de nosotros sentíamos un ligero mareo.

Poco a poco fuimos tomando el ritmo y también comenzamos a conocernos mejor. Descubrimos que éramos todos muy diferentes, pero que eso nos hacía un grupo más interesante, eso le daba vida a nuestras conversaciones.

Empezamos a hablar unos con otros, a conocer nuestros intereses, nuestros gustos, nuestros objetivos, y al final nos convertimos en amigos, en buenos amigos, sin importar nuestras ideologías, nuestras procedencias, nuestras distintas personalidades.

Eso para mí, fue un exitoso ensayo de comunicación social. El día de hoy concluye este máster, y creo que concluye con mucho éxito para todos, y en todos los sentidos.

Y así como una nave sólo avanza cuando todos los tripulantes reman juntos. Un éxito sólo es éxito, cuando hay alguien a nuestro lado para compartirlo.

Debemos agradecer a todos aquellos que estuvieron siempre con nosotros en esta aventura, dándonos ánimo cuando más lo necesitábamos, alentándonos a seguir cuando estábamos tan cansados, alegrándonos con su cariño cuando el día era gris.

Nuestros padres y hermanos, nuestras parejas, nuestros hijos, nuestros amigos, esas personas que hoy celebran con nosotros y por las que hay que seguir esforzándose todos los días, porque valen la pena, valen el sacrificio, valen el esfuerzo.

Debemos agradecer también a los profesores, que siempre con amabilidad, con paciencia, con amor por su trabajo, y con ese mismo compromiso por el ideal de la comunicación social, nos orientaron en el camino y nos dotaron de las herramientas necesarias para trabajar, para investigar, para informar.

En un tiempo en el que ser enseñante es difícil, en el que las crisis económica, social y cultural, y las revoluciones tecnológicas están demeritando la importancia de la formación y la instrucción, ellos estuvieron aquí ofreciéndonos su tiempo, sus conocimientos y su amistad para que hagamos de nuestras metas una realidad. Gracias de todo corazón.

Por último, quiero agradecerles, a título personal, a todos ustedes, mis queridos compañeros, por el honor que me han dado hoy para dirigirles estas palabras. Gracias por hacerme sentir siempre a gusto, siempre contenta de verlos, siempre bien recibida.

No quiero irme sin decirles que siento por cada uno de ustedes una admiración indescriptible, porque están aquí y han estado aquí todos estos meses con todo el compromiso y todo el entusiasmo, aun cuando había muchas otras cosas que atender, como el trabajo, los hijos, o la escuela. Como se dice aquí, “Sois todos unos máquinas”. Y de esos esfuerzos se aprende, para el futuro.

Hoy mi familia de México no pudo estar conmigo, aunque yo sé que siempre me acompañan con el corazón. Ellos son los pilares y el motor de mi vida, y nunca terminaré de agradecerles todo lo que hacen por mí todos los días. Sin embargo, hoy sí está conmigo una nueva familia: mis compañeros y mis hermanos.

Sin todos ustedes nada de esto habría sido igual, siempre estarán conmigo en mis pensamientos y en mi corazón. Sin importar la cantidad de kilómetros que nos separen. Almería siempre será mi casa, y México, su casa, para el día que quieran visitarme.

Hoy hemos llegado al fin de esta etapa, pero no al final de la historia, que aún es larga, y que traerá consigo lo que nosotros sembremos en ella. Así que procuremos plantar siempre cosas buenas para todos los que nos rodean y para nosotros mismos, así el camino será siempre placentero y nos llevará siempre hacia un mejor destino.

Muchas felicidades y muchas gracias.

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